Page 674 - El Misterio de Belicena Villca
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determinan que al morir la mariposa, automáticamente una de las larvas retoma
                 el proceso de metamorfosis y se transforma en crisálida, generando una nueva
                 vida activa y una nueva realidad. Claro, porque la vida larval es vida latente, y la
                 vida activa, de las mariposas y los Tulkus, es vida real: la realidad de la vida le
                 corresponde pues, a las mariposas-Tulkus; las larvas-Tulkus viven en un
                 plano de existencia no real, pero sí posible: tal existencia no es del mismo
                 grado que la que demuestran las mariposas-Tulkus. Sólo si muere una
                 mariposa-Tulku, o si actúa una ley de los Tulkus que exija la existencia de
                 dos o más mariposas-Tulkus, una larva-Tulku se transformará en real. Pero,
                 mi estimado Lupus, ¿quién conoce las leyes de los Tulkus? ¿quién sabe cuantos
                 hombres-Tulkus pueden existir en estado larval? Un hombre común puede tomar
                 una sola decisión para realizar en un tiempo y espacio determinado: si las
                 alternativas son dos debe decir sin dudas “voy a hacer esto” o “voy a hacer lo
                 otro”. El Tulku, por el contrario, puede optar por realizar ambas posibilidades,
                 aunque para ello necesite, lógicamente, disponer de dos realidades
                 simultáneas. El Tulku puede, por ejemplo, decir “voy a quedarme en Berlin, y
                 voy a morir allí si el Tercer Reich pierde la guerra” y decir también “voy a
                 retirarme a los Oasis Antárticos, junto con la Elite de la  , para preparar la
                 Batalla Final contra la Sinarquía Universal”,  y cumplir ambos enunciados.
                 Para una persona común sería imposible realizar las dos sentencias, pero para
                 un Führertulku ello es perfectamente posible.
                        Naturalmente, Lupus, que las dos o tres realidades del Tulku sólo habrán
                 de coincidir en el Tulku mismo, en el contexto que le confiere significado y
                 que él significa. Fuera del Tulku, las realidades de los Tulkus vivientes pueden
                 no coincidir, el Tiempo contraerse o expandirse, las cosas dislocarse, la Historia
                 contradecirse. Lo que esté en la realidad de un Tulku viviente, es decir, de un
                 Tulku real, ejemplar, de una mariposa-Tulku, más allá de  lo Tulku,  puede no
                 estar en la realidad de otro Tulku  real pero distinto del primero; o,
                 inversamente, puede estar sobradamente en su contexto. Le aclaro esto para
                 advertirle que, desde ahora,  los partidarios de la  Sabiduría Hiperbórea
                 deberán definir a cual realidad se refieren: si a la realidad del Führer muerto
                 en la Cancillería-bunker de Berlín o a la realidad del Führer vivo, siempre
                 joven en su Refugio Mágico, donde aguarda los tiempos históricos de la
                 Batalla Final . Y le anticipo desde ya que los que elijan vivir en la primera
                 realidad, serán considerados traidores, por más que se proclamen
                 “nacionalsocialistas” o “nazis”.
                        Con los ojos brillantes, Konrad Tarstein se detuvo un segundo para
                 servirse más té.
                        –¿Rudolph Hess... ?
                        –Sí, Rudolph Hess también es un Tulku y por eso ahora se encuentra junto
                 al Führer, en el Refugio Secreto: está  tal cual Ud. lo conoce; no ha cambiado
                 nada. Y porque es un Tulku, puede estar con el Führer y,  además, estar
                 prisionero de los ingleses .
                        Pero dejemos a los Tulkus por el momento y regresemos a la Piedra de
                 Gengis Khan. Le decía antes que vale la pena conocer la historia con detalles.
                 Ud. la ha encontrado y merece mejor  que nadie conocer esa historia, aunque
                 ésta no sea la mejor ocasión para relatarla. De cualquier manera se la resumiré;
                 preste atención:


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