Page 675 - El Misterio de Belicena Villca
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En Mongolia, en el desierto de Gobi, existe un lugar que la Sabiduría
                 Hiperbórea denomina “La Puerta Tar”, que comunica directamente con el Reino
                 de Agartha. En la Epoca de Gengis Khan y Federico II, los Siddhas Leales habían
                 aprobado un plan de los Iniciados Hiperbóreos, conocido como Estrategia Tyr,
                 destinado a fundar el Imperio Universal en la Tierra: el Elegido en Oriente para
                 ello era el Principe Temujin, quien recibiera de joven la Iniciación Hiperbórea por
                 parte de unos Siddhas procedentes de la Puerta Tar. Recuerde que el Padre de
                 Temujin, Yesügei, había muerto envenenado por los tártaros cuando el joven
                 Príncipe sólo contaba 9 años y que, desde entonces hasta su adultez, vivió
                 miserablemente junto a su madre y hermanos en las desiertas  tierras del Alto
                 Onon. Como todos los Grandes Elegidos de la Historia, es durante ese período
                 que los Siddhas lo instruyen e Inician.
                        Según la tradición local los Grandes Antepasados de los Mongoles fueron
                 el Lobo gris y la Corza leonada, lo que significa que sus Antepasados no fueron
                 humanos, o lo que es lo mismo, que fueron Dioses. En la caverna sagrada de
                 Erkene Qon, el Lobo gris desposó a la Corza, que procedía de las inmediaciones
                 del lago Baikal. Posteriormente, la pareja original se mudó a la montaña sagrada
                 Burgan Qaldun, la actual Kentei, antigua morada de Kök Kev, Dios del Infinito.
                        Si sus grandes Antepasados fueron Dioses, sus parientes cercanos no
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                 habían sido menos poderosos: su abuelo fue Kabul Khan , el primer organizador
                 de las tribus mongólicas y conquistador militar; y su padre, Yesügei, había
                 tomado el apodo de Ba' atur, es decir, “el Valiente”. Su madre Hö'elün lo trajo al
                 mundo en “el año del cerdo” de 1167, vale decir que llevaba 27 años a Federico
                 II, nacido en 1194.
                        Su  Pureza de Sangre era tan elevada que se hizo acreedor a una
                 representación del Signo del Origen, la más alta distinción Hiperbórea del siglo
                 XIII después del Gral, que fue confiado a los Cátaros occitanos. Por eso cuando
                 una Dieta de Jefes y Reyes mongoles se reunió en 1206 en Karakorum, y lo
                 eligió “Khan”, Temujin exhibió con orgullo el signo que le había dado el triunfo
                 sobre sus enemigos y le permitió concretar la unidad de su Raza: ese signo, que
                 ostentaba en su anillo y estandarte, no era otro que la  swástika levógira, el
                 mismo que setecientos años más tarde sería lucido en las gestas más gloriosas
                 por otro pueblo hiperbóreo, pero esta vez de Raza Blanca.
                        A Gengis Khan le fue encomendada una  misión histórica que él supo
                 cumplir en todos sus aspectos, de modo que no es posible reprocharle nada por
                 el fracaso de la Estrategia Tyr. Por el contrario, este fracaso se debe casi
                 exclusivamente a la excelente contraofensiva desatada en Occidente por las
                 fuerzas enemigas, que operaban  infiltradas en la Iglesia Católica. Esa misión
                 histórica consistía en fundar un Gran  Reino Mongol en el Este, que abarcase
                 completamente el Norte y Centro de Asia, simultáneamente con el surgimiento
                 de un Gran Reino blanco en el Oeste.
                        Cuando la fundación de estos Reinos estuviese consumada, entonces
                 llegaría el momento de sellar con un pacto la creación de un Imperio Universal en
                 el cual los Mongoles estarían subordinados a un auténtico Rey del Mundo Blanco
                 y donde las masas amarillas se reservarían el derecho de avanzar hacia el Oeste
                 y las Elites blancas, menos numerosas pero más capacitadas culturalmente,
                 marcharían hacia el Este. Allí, en Mongolia, la Corona de la Tierra, florecería una


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                   Khan, de la’an: emperador.
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