Page 726 - El Misterio de Belicena Villca
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El 6 de Enero de 1980 fue asesinada Belicena Villca.
El 21 de Enero de 1980 experimenté el rapto espiritual de la Virgen de
Agartha.
El 28 de Enero de 1980 conocí que tenía un tío Kurt Von Sübermann y
partí hacia Santa María.
El 21 de Marzo de 1980 concluyó tío Kurt el relato de su vida y, esa noche,
fui detectado por el Demonio Bera.
El 22 de Marzo de 1980, a las 0,15 horas, los Demonios intentan
exterminar la Estirpe de los Von Sübermann. De resultas de ello, mueren todos
los miembros de la familia, salvo tío Kurt y Yo.
El 22 de Marzo, a las 8,00 horas llegamos a Cerrillos y comprobamos un
quíntuple asesinato, según la versión policial.
El 23 de Marzo, a las 0,30 horas, viene a traerme su pésame, y a traer
protección armada, el Comisario Maidana.
El 23 de Marzo, a las 5,45 horas, el Comisario Maidana nos informa sobre
la existencia de los “asesinos orientales” y su extraño vehículo.
El 23 de Marzo, a las 7,05 horas, el Comisario de Cerrillos nos mostró los
identikits de los asesinos orientales. A esa hora ya había concebido mi plan hasta
el último detalle.
El 23 de Marzo, a las 8,45 horas, convenzo a tío Kurt para que consulte mi
plan al Capitán Kiev.
El 23 de Marzo, a las 10,30 horas, cerramos trato con el Comisario
Maidana: nos prestará ayuda material a cambio de permanecer en el caso.
El 23 de Marzo, a las 20,00 horas, el Comisario Maidana se retira de
Cerrillos, luego de entregarnos los equipos de comando; no volvería a verlo.
El 23 de Marzo, a las 23,00 horas, me acosté a dormir, por primera vez
desde la nefasta noche del 21.
El 24 de Marzo, a las 11 horas, me presenté en la Comisaría de Cerrillos y
efectué mi declaración. No era mucho lo que Yo sabía sobre los asesinatos, y de
esto ellos no dudaban, pues habían verificado mi coartada: para ello enviaron dos
policías que realizaron el camino inverso hasta Santa María, recogieron
testimonios sobre nuestro viaje de 0,30 a 8,00 horas, indagaron a la operadora
telefónica, que conocía mi voz por llamar frecuentemente a Cerrillos, e
interrogaron a José Tolaba y a su esposa, los mayordomos de tío Kurt. No, sobre
mi ausencia en el escenario del crimen ellos no dudaban, ni tampoco
sospechaban de tío Kurt; lo que ellos presumían, tanto la policía como el
Juez, era que Yo conocía el móvil del crimen, al que habían descartado
como delito común. ¿Podría tratarse de un error? ¿Habría un fin político
desconocido? ¿En qué estaba Yo? ¿Cuáles eran mis ideas y actividades? ¿Por
qué me había apartado de la Iglesia? ¿Mis padres habrían recibido amenazas
anteriormente? ¿Hubo extorsión?
Así, acribillándome con preguntas semejantes, me tuvieron hasta las 5,00
de la tarde y prometieron volverme a citar.
El 24 de Marzo, a las 10,00 horas, mientras Yo me preparaba para ir a la
Comisaría, tío Kurt comenzó a trabajar con Ying y Yang. Al regresar, por la tarde,
los perros daivas ya habían conseguido aislar el rastro del coche negro: tío Kurt
lo designó con una palabra clave y, afirmándola mentalmente, me demostró de
eficaz manera cómo los perros daivas se dirigían directamente al sitio donde
estuviera estacionado.
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