Page 741 - El Misterio de Belicena Villca
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–Un Río de agua viviente, del que salen todas las cosas creadas, que
surge del Tronco Kether de Jehová y del Cordero. El Angel pronuncia las últimas
palabras:
“En medio de la plaza, y a un lado y a otro de este Río, habrá un
Arbol de la Vida que dará doce frutos, uno cada mes. Y las hojas del Arbol
Granado servirán para curar a las Naciones del pecado contra Jehová. Y ya
no habrá condenación para nadie, y estará en ella el Tronco de Jehová y del
Cordero, y sus siervos le oficiarán Culto. Verán su rostro, y llevarán el Nombre de
El en la frente. Ya no habrá noche, ni negrura infinita, pero no necesitarán luz
de lámpara ni luz de Sol ; porque Jehová Elohim los alumbrará, y reinarán por
los siglos de los siglos”.
–¿Qué ves ahora?
–Veo la Batalla Final. Veo al Führer y a su Ejército de hombres-lobo tomar
por asalto la Isla de Sión, y sorprender a Jerusalén Celeste, que es Chang
Shambalá, y causar gran mortandad entre sus moradores. ¡Ni Thuban y las tres
cuartas partes del Cielo, puestos de guarnición, logran detener la manada furiosa!
¡El Cordero y los ciento cuarenta y cuatro mil Sacerdotes resultan acorralados en
la Ciudad Maldita, construida con el cuerpo del Dragón ! ¡Y mueren por
millares: prefieren morir antes que ver la Señal del Vril de los hombres-lobo! Y la
Ciudad-Dragón palpita y se retuerce, sin conseguir quitarse de encima a los
hombres-lobo. Y los inmortales ojos del Dragón derraman innumerables lágrimas;
lágrimas que ruedan hacia el cuádruple Muro de las Lamentaciones; lágrimas de
Piedad por los Hijos de Israel. Pero los hombres-lobo no ceden y hunden sus
colmillos en los Hijos de Israel, en el Cordero, y en el Dragón. Y la Virgen de
Agartha clava su estandarte en el Muro de las Lamentaciones, el cual es como el
Corazón de Binah, la dueña de todos los corazones: sí; en el Corazón de
Avalokiteshvara ha sido plantado el Signo del Vril, la Marca que causa lo Negro,
lo Duro y lo Frío de las Piedras, y por el Muro de las Lamentaciones corren Sus
lágrimas como surgidas de una cascada milagrosa. Y unas tinieblas duras y
heladas se abaten sobre Sión: es la Muerte Fría de la Virgen; la Muerte que
arrebata el calor de los corazones del Cordero y de los ciento cuarenta y cuatro
mil Santos de Israel; la Muerte que desatan quienes ven en las tinieblas, los
hombres-lobo de Piedra que forman el Ejército del Führer.
–¿Qué ves ahora?
–La Batalla Final continúa en la Tierra, pero ya no puedo ver lo que allí
ocurre, pues veo a los Jabalíes Blancos que huyen presa del pánico a
ocultarse en el Cielo: ¡van perseguidos por parte del Ejército-manada de
hombres-lobo-de-Piedra! ¡Pero en el Cielo sólo quedan la cuarta parte de
las estrellas!
–¡El momento ha llegado! ¡El Final es igual al Principio! –exclamó
sorpresivamente tío Kurt.
Capítulo XV
Fui sobresaltado por aquellas inesperadas palabras de tío Kurt. Sin
embargo, preguntó a continuación:
–¿Qué ves ahora?
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