Page 87 - El Misterio de Belicena Villca
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godos e hispano romanos, la diferencia religiosa, y la desproporción numérica
entre ambos pueblos. La primera cuestión se solucionó en el año 580 con la
anulación de la ley, quedando levantada la barrera que impedía fusionarse a los
dos pueblos: a partir de entonces, la familia Valter se integra con varios
casamientos a la Casa de Tharsis, quedando restituido el primitivo patrimonio de
los Señores de Tharsis.
La España del Bajo Imperio Romano
La segunda cuestión, significa que, mientras la totalidad de la población
hispano romana profesaba la religión católica, los huéspedes visigodos sostenían
la fe arriana. De hecho, ambos pueblos eran Cristianos e ignorantes de las
sutilezas teológicas que los Sacerdotes establecían dogmáticamente. Y en este
caso, la diferencia que Arrio había señalado era de sutileza extrema. Los
visigodos fueron evangelizados, cuando aún habitaban las orillas del Mar Negro,
por el Obispo godo Wulfilas, partidario de Arrio; al avanzar luego sobre
Occidente, empujados por los hunos, descubrirían con satisfacción que su
Cristianismo era diferente al de los romanos y se aferrarían tenazmente a esa
diferencia, a menudo incomprensible. Obrarían así porque los godos poseían
desarrollado en grado eminente el orgullo nacional y necesitaban disponer de
una diferencia tangible, un principio unificador propio, que les evitase el ser
fagocitados culturalmente por el Imperio Romano: el significado de la diferencia
en sí no tenía mayor importancia; lo concreto sería que el arrianismo los
mantendría separados religiosamente de la población romana en tanto que, al
unirlos entre sí, les permitiría conservar la Cultura goda.
¿En qué consistía aquella diferencia con el dogma católico, que pocos
comprendían pero que los godos nacionalistas defenderían hasta el fin?
Específicamente, se refería a una definición sobre el problema de la Divinidad de
Jesús Cristo. La postura de Arrio, natural de Libia pero enrolado en la diócesis de
Antioquía, surgió como reacción contra la doctrina de Sabelio: éste había
afirmado que no existía distinción esencial entre las tres Personas de la
Trinidad Cristiana; el Hijo y el Espíritu Santo en realidad eran manifestaciones del
Padre bajo otro Aspecto o prósopa: la esencia del Dios Uno, al presentarse con
un Aspecto era el Padre, con otro era el Hijo, y con otro el Espíritu Santo. Contra
esto, Arrio comenzó a enseñar desde el 318 que “sólo el Dios Uno es eterno e
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