Page 93 - El Misterio de Belicena Villca
P. 93

su respeto podía obtener concesiones de  ellos. Y sólo la admiración que
                 experimentaban por la Sabiduría, y por los hombres que la poseían, les permitía
                 tolerar las diferencias religiosas: una cosa era un Cristiano y otra un Cristiano
                 Sabio; al primero se lo debía forzar a abrazar el Islam, era lo que ordenaba el
                 Profeta; al segundo se lo procuraba  convencer de la Verdad islámica,
                 atrayéndolo sin prejuicio hacia la Cultura árabe. De aquí que los Señores de
                 Tharsis    decidiesen    mostrarse     amistosos     con    ellos   y    demostrarles,
                 concluyentemente, que formaban parte de una familia de Sabios. Esta actitud no
                 constituía propiamente una traición a la religión católica puesto que los Señores
                 de Tharsis continuaban siendo “paganos”, es decir, continuaban sosteniendo el
                 Culto del Fuego Frío, y puesto que la inmensa mayoría de la población hispano
                 goda, ahora llamada “mozárabe”, se iba  integrando poco a poco a la Cultura
                 árabe, adoptando su lengua y religión. Los Señores de Tharsis se convertirían en
                 exponentes del conocimiento en su más elevado nivel y serían durante siglos
                 profesores de los centros de enseñanza árabes de Sevilla y Córdoba, obteniendo
                 por esta colaboración, y por las contribuciones económicas de la Villa de Turdes,
                 el derecho a profesar la religión cristiana y a mantener como Templo privado la
                 Basílica de Nuestra Señora de la Gruta.
                        Los miembros del Pueblo Elegido,  como es lógico, aprovecharon su
                 influencia para alentar persecuciones contra los cristianos, y especialmente
                 contra la Casa de Tharsis, durante todo el tiempo que duró la ocupación árabe.
                 Sin embargo, fieles a sus principios talmúdicos, intentaron continuar con su tarea
                 corruptora en perjuicio ahora de la sociedad árabe, lo que les valió que los
                 sarracenos, conseguido el objetivo de conquistar España, olvidasen bien pronto
                 sus favores y los sometiesen también a periódicas persecuciones.


                 Decimoquinto Día


                        Conviene informarle a esta altura de la historia, Dr., sobre la reaparición de
                 los Golen. Como dije en el Día Sexto, aparte de su presencia, siempre poco
                 numerosa entre los fenicios y cartagineses, habían arribado masivamente a
                 Europa a partir del siglo IV A.J.C. “acompañando a un pueblo  escita del Asia
                 Menor”; tal pueblo recibió muchos nombres, de acuerdo al país donde transitó o
                 se asentó: fundamentalmente eran  celtas, pero se los conoció como  galos,
                 irlandeses,  escoceses,  bretones,  galeses,  córnicos,  gálatas,  gallegos,
                 lucitanos, etc. Veamos ahora  con más detalle cómo  fue que los Golen se
                 unieron a los celtas, y cuál era su verdadero origen.
                        Más adelante explicaré el significado de las Tablas de la Ley, que Moisés
                 recibe de  YHVH al concretar Su Alianza con el Pueblo Elegido. Ahora cabe
                 resumir que las Tablas de la Ley contienen el Secreto de la Serpiente, es decir, la
                 descripción de las veintidós voces que el Dios Creador empleó para realizar su
                 obra, y los diez Aspectos, o  Sephiroth, con que se manifestó en el Mundo al
                 ejecutar la Creación: son los treinta y dos misteriosos caminos del Uno. Este
                 conocimiento, da lugar a  una Alta Ciencia denominada  Cábala acústica y
                 numeral, la que se encuentra expresada  sólo en las primeras Tablas de la
                 Ley: en las segundas, que siempre fueron  exotéricas, no hay más que un
                 Decálogo Moral, pálido reflejo de los diez Arquetipos Supremos o Sephiroth. Las

                                                           93
   88   89   90   91   92   93   94   95   96   97   98