Page 95 - El Misterio de Belicena Villca
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Gaulens. Pero de Sidón, los Golen se expandieron a Tiro, desde donde
navegaron con los fenicios hasta Tharsis e hicieron las primeras incursiones que
recuerdan los Señores de Tharsis; tras la caída de Tiro, en el siglo IV A.J.C.,
habrían de asentarse, como se vio, en Cartago, desempeñando el Sacerdocio de
Baal Moloch. Algunos Golen se establecieron también en Frigia, como oficiantes
del Culto de Cibeles, de Adonis, y de Atis. Es que para entonces, los Golen
poseían ya un terrible poder, fruto de siglos consagrados al estudio del
Satanismo y la práctica de la Magia Negra. En síntesis, los celtas avanzaron por
Europa guiados por los Golen. Y el tiempo diría que aquella alianza no acabaría
jamás, extendiéndose hasta nuestros días.
Mas, ¿cómo llegaron los levitas de las tribus perdidas a convertirse en
Golen, es decir, cómo obtuvieron su siniestro conocimiento? La explicación debe
buscarse en el hecho de que estos levitas, cosa que no ocurrió con otros
Sacerdotes judíos ni entonces ni después, no se conformaban con el saber
que sólo podía extraerse de la Torah escrita: ellos deseaban acceder a la
Hokhmah, o Sabiduría Divina, por un contacto directo con la Fuente de la
Cábala Acústica, que es la Ciencia de los Atlantes morenos. Su insistencia y
perseverancia por conseguir ese propósito, y su carácter de miembros del Pueblo
Elegido, convenció a los Demonios de la Fraternidad Blanca de que se hallaban
frente a invalorables colaboradores del Pacto Cultural. Y esa convicción los
decidió a confiarles una importantísima misión, una empresa que requeriría su
intervención dinámica en la Historia. El cumplimiento de los objetivos propuestos
por los Demonios redundaría en beneficio de los levitas, ya que les permitiría
avanzar cada vez más en el conocimiento de la Cábala acústica. ¿Qué clase de
misión les habían encomendado los Demonios? Una tarea que tenía directa
relación con sus deseos: serían ejecutores del Pacto Cultural; trabajarían para
neutralizar las construcciones megalíticas de los Atlantes blancos, tratarían de
recuperar las Piedras de Venus, combatirían a muerte a los miembros del Pacto
de Sangre, y colaborarían para que el plan de la Fraternidad Blanca, consistente
en instaurar en Europa la Sinarquía del Pueblo Elegido, pudiese llevarse a buen
término. Pero los Golen, en el fondo, seguían siendo Sacerdotes levitas, hijos del
Pueblo Elegido, y ahora poseedores de la “Sabiduría Divina” de YHVH, la
Hokhmah; por eso su fundamental ocupación, el objetivo principal de sus
desvelos, sería teológico: Ellos intentarían unificar los Cultos, demostrando
que, “tras la pluralidad de los Cultos”, existía “la Singularidad de Dios”;
que, desde entonces, se debería cumplir rigurosamente con el Sacrificio del
Culto. “Porque, cualquiera que fuese la forma del Culto, «el Sacrifico es
Uno», vale decir, el Sacrificio participa de El Uno”.
A partir del siglo V, están ya los celtas y los Golen recorriendo Europa
hacia el Oeste. Los Galos fueron los que se unieron a Amílcar Barca e impidieron
que Roma auxiliase a Tartessos; luego se unirían a Amílcar Barca en la invasión
de Italia; pero mucho antes, en el siglo IV, habían humillado a Roma y destruido el
Templo de Apolo, en Delfos. Julio César, en su célebre campaña de las Galias,
consigue someterlos definitivamente al control de Roma en 59 A.J.C.; Augusto
divide a la Galia transalpina en cuatro provincias: la Narbonense, la Aquitania, la
Céltica o Lionesa, y Bélgica. Los Golen, que detentaban gran poder sobre todos
estos pueblos, comienzan a retirarse poco a poco de las provincias romanas,
incluso seguidos por algunos contingentes celtas: pasan primero a Gran Bretaña,
o “Britania”, pero el objetivo final es Irlanda, o sea “Hibernia”. En los primeros
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