Page 60 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
P. 60

cordial solicitud con que ha aceptado mi  invitación, esforzándose por encontrar junto
                  conmigo  una solución que redunde tanto  en  interés de  ambos países  como  en  el  del
                  pueblo alemán entero, de ese pueblo del cual todos somos hijos. Yo creo que con ello
                  hemos aportado una importante contribución también a la paz europea.”
                  El canciller austríaco, en su discurso del 24 de febrero, en tono muy distinto dijo:
                  “La  paz  alemana,  como  yo  quiero  designar  el  convenio  firmado,  de  nuevo  abre
                  expresamente el camino a todos los que se han reconocido como partidarios de la idea
                  nacionalsocialista para una colaboración con los demás, siempre que su credo político
                  esté en consonancia clara, sincera e inequívoca con  los principios de la Constitución,
                  que  según  la  voluntad  de  Engelbert  Dollfuss,  ha  creado  la  Austria  independiente  y
                  autónoma,  alemana  y  cristiana,  socialmente  organizada  y  autoritariamente  dirigida,
                  además, en consonancia con las leyes fundamentales del Frente Patriótico junto al cual
                  en Austria no hay ni puede haber ningún partido u organización política, dentro de las
                  que cuidaremos, bajo la inconmovible solidez de sus principios fundamentales, de que
                  todo el mundo goce de iguales derechos. Esto será la misión del Frente en las próximas
                  semanas. La observancia de las leyes austríacas y con ella la de la ley sobre el Frente
                  Patriótico y el reconocimiento de la Constitución austríaca es -en el acuerdo de febrero
                  de 1937 sobre política interna de Austria lo mismo que en el presente concluido entre
                  ambos  países-  la  condición  previa  expresamente  establecida  e  inequívocamente
                  formulada de la colaboración.
                  Del  lado  del  Reich  alemán,  se  repitió  la  promesa  de  tomar  las  disposiciones  más
                  decisivas para no inmiscuirse en los asuntos de la política interior de Austria de modo
                  tal que el gobierno de Alemania está dispuesto a tomar aquellas medidas que impidan la
                  intromisión de los centros políticos alemanes en las cuestiones internas de Austria; se
                  convino y fijó que la organización en Austria, hasta ahora ilegal, no podría contar en
                  modo  alguno  con  la  protección  de  los  centros  extra-oficiales  o  con  la  tolerancia  por
                  parte del  Gobierno de la Confederación sino que, por el contrario, cualquier actuación
                  ilegal caería bajo las penas previstas por las leyes vigentes; este es un hecho claramente
                  determinado que por una razón especial parece ser digno de tenerse en cuenta.
                  He hablado de una paz sincera. No la habría sido si en Austria hubieran tenido razón
                  aquellos  que  hasta  hace  poco  tiempo  aun  hablaron  de  la  nulidad  de  la  Constitución
                  austríaca  y  de  los  perjuros  del  Gobierno  austríaco,  de  violencia  y  terror  y  de  la
                  reaparición  del  partido.  Ha  sido  una  paz  sincera  porque  los  principios,  que  nosotros
                  hemos representado siempre en relación con la Constitución del  Estado y del  Frente
                  Patriótico,  han  quedado  invariables  incluso  respecto  a  los  fundamentos  de  nuestra
                  organización estatal. Sabemos exactamente que pudimos ir y fuimos hasta aquel límite
                  detrás del cual existe clara y terminantemente un ‘hasta aquí y no más allá.’ No hemos
                  temido alcanzar este límite porque nosotros, confiados en la palabra y en la personalidad
                  del Führer y Canciller que rige con éxito los destinos del gran Reich alemán, nos hemos
                  decidido  a emprender  junto  con  él  un  camino  que,  consecuentemente seguido,  puede
                  resultar, según nuestra firme convicción, de gran beneficio para el país austríaco y para
                  el pueblo alemán entero, sirviendo también a los intereses de la paz europea.
                  Atribuyo  gran  valor  a  la  declaración  de  que  me  encuentro  dispuesto,  plenamente
                  consciente de la responsabilidad y atendiendo con el mayor cuidado los intereses vitales
                  y la existencia pacífica de nuestra patria, a cumplir la palabra dada por parte de Austria,
                  sin segunda intención y con absoluta claridad. Yo y todos nosotros seremos felices si
                  este período penoso y lleno de sacrificios que terminó con un día duro el 12 de febrero
                  de 1938 ha de llevar por fin a una verdadera paz alemana, una paz que, conservándola y
                  profundizándola, compensará los sacrificios hechos.
                  Y ahora volvamos hacia la parte puramente austríaca de la cuestión.



                                                           60
   55   56   57   58   59   60   61   62   63   64   65