Page 121 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
P. 121
HERACLES 1 2 5
siéra que sintiéramos la desgracia de que son víctimas. Y para que
no haya posibilidad de que dejemos de apreciarlo aun así, hace decir
a Deyanira 11 :
“ Una compasión profunda ha entrado en mi corazón, amigas
mías, al ver a estas desdichadas que llegan errantes a tierra extran
jera, sin asilo y sin padres. Acaso son hijas de hombres libres y
ahora se ven condenadas a la vida de esclavas. Oh, Dios de las Bata
llas, no hieras nunca a mi raza de este modo, o, si así ha de ser,
que no sea mientras yo viva. Tal es el temor que me produce la
vista de estas mujeres. (Dirigiéndose a una de ellas.) Y tú, infortu
nada, ¿qué rango ocupas entre estas mujeres? ¿Eres virgen o madre?
Tu aspecto es el de la mujer que aún no ha conocido la maternidad,
joven de noble origen. — Licas, ¿de quién es hija esta extranjera?”
Licas pretende ignorarlo. Nunca se le ha ocurrido preguntar. Lo
único que se pone en claro es que la extranjera no ha pronunciado
palabra y no ha dejado de llorar "desde que ha salido de su patria
oreada por el viento, εξ οτου χάτραν διήνεμον λέλοιπεν',
Está claro en dónde ha puesto el acento Sófocles. No es, como
dice Sir Richard Jebb, que "se ha dejado escapar una ocasión de
conquistar nuestra simpatía por su héroe” , sino que deliberadamente
nos hace sentir compasión por las víctimas de éste y algo así como
horror por él. En fin de cuentas, ¿era mucho mejor que Aqueloo
este ser monstruoso, este τέρας?
Pero hay más. Resulta que Licas ha mentido. El relato extraor
dinariamente deshonroso que hasta ahora hemos oído ha sido muti
lado para que redunde en favor de Heracles. La verdad es que Hera
—
cles se prendó de esta hija de Eurito ■ la esclava a la que habló De
yanira— , pidió que se la dieran por concubina secreta (κρύφιον λέχο;)
y cuando el padre no quiso consentir esta deshonra, lo mató, violó
a la princesa y saqueó toda la ciudad. En un hermoso discurso, Deya
nira saca de Licas toda la verdad 12 :
“ La mujer a que hablas no es cobarde, ni es ignorante del corazón
humano, que no siempre se complace en la misma cosa... Es locura
ponerse a luchar de frente contra el Amor. Hace éste cuanto quiere
11 298.
12 438.