Page 122 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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I 2Ó          GRECIA  CLÁSICA  Y  MUNDO  MODERNO


      aun  con  los  dioses.  Lo  ha  hecho  conmigo,  y  ¿no  había  de  hacerlo  con
     otra  mujer  como  yo?  Sería  loca  si  inculpara  a  mi  marido,  presa  de
      esta  aflicción,  o  a  esta  mujer.  ¿N o  ha  poseído  ya  Heracles  a  otras
     mujeres,  más  que  ningún  otro  hombre?  Y   ninguna  de  ellas  ha  oído
      palabras  duras  o  reproches  de  mis  labios.  Tampoco  las  oirá  esta
     muchacha,  por  muy  derretido  que  esté  todo  su  ser  en  su  amor.  La
     he  compadecido  en  cuanto  la  vi,  porque  su  hermosura  es  lo  que  la
     ha  perdido  y  sin  querer  ha  arruinado  y  esclavizado  a  su  patria.*'
         Confirmada  la  historia,  cumple  ella  su  promesa  de  no  tratar  de
     hacer  daño  a  Yola,  pero  piensa  en  el  philtron  o  hechizo  de  amor  que
     le  dejó  el  centauro  moribundo.  Vale  la  pena  notar  que  le  repugna  la
     idea  de  servirse  de  un  filtro :  tales  cosas  no  son  para  mujeres  limpias
     como  ella,  pero  en  un  apuro  extremo  consiente  en  probar...,  a  menos
     que  sus  mujeres  crean  que  está  mal;  de  ser  así,  no  lo  empleará.
     Las  mujeres  dan  su  aprobación,  y  ella  pone  en  práctica  su  plan.  Es
     característico  de  su  inocencia  que  nunca  pensara  en  poner  en  duda
     la  palabra  del  centauro  agonizante.  Él  había  declarado  que  la  amïfca,
     y  ella  tomó  el  regalo  del  filtro  por  prenda  del  amor  del  centuro  y
     del  deseo  de  reparar  su  violencia.  Prepara,  pues,  el  filtro,  unge  con  él
     la  túnica  y  la  envía  a  Heracles.  Pero  — pregunta  Licas—   ¿no  le
     gustaría  enviar  algún  mensaje?  Sí;  quisiera  mandar  uno13.  ¿Has  visto
     mi  saludo  a  la  muchacha  forastera,  y  que  la  acogí  bondadosamente?”
     "Sí” ,  responde  Licas.  “Mi  corazón  se  llenó  de  alegría  y  admiración
     al  verlo.”  “ Entonces  ¿qué  más  hay  que  decir?  Temo  mandar  recado
     de  lo  mucho  que  lo  quiero.  Quizá  a  él  no  le  ocurra  lo  mismo.”
        Todavía  no  hemos  terminado  del  todo  con  Deyanira,  pero  por  el
     momento  hemos  de  pasar  a  aquel  a  quien  se  ha  enviado  este  saludo
     tímido  y  tierno,  al  αριστος  άνδρών,  el  hombre  o  τέρας.  Deyanira  ha
     descubierto  ya  que  el  philtron  no  era  lo  que  parecía,  antes  del  mo­
     mento  en  que  su  hijo  Hilo  llegue  desde  donde  está  Heracles  para
     decirle  a  su  madre  que  es  una  asesina.  Habla  del  sacrificio  ofrecido
     por  Heracles  en  su  nueva  túnica  esplendente ;  ¡ y  qué  sacrificio I
     Doce  toros  primero,  pero  en  total  cien  reses  sacrificadas,  todas  ellas
     muertas  bonitamente  por  su  propia  mano.  Y ,  a  poco,  el  veneno
     empieza  a  morderle  la  carne.  Manda  a  voces  que  busquen  al  heraldo


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