Page 142 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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griegos en lugar de Agamenón. Dares lo califica de “ gracilem longum
sapientem animo magnum blandum” . En tiempos clásicos es el tipo
del inocente condenado injustamente. En la Apología, Sócrates habla
de encontrarse con “ Ayax, hijo de Telamón, y con Palamedes y
con cualquiera de los demás antiguos que murieron a causa de una
sentencia injusta” , y éste fue su carácter en la tragedia, donde huelga
decir que el de su rival, Ulises, fue adquiriendo tintas cada vez más
sombrías. Los tres trágicos compusieron obras tituladas Palamedes,
y Sófocles escribió también una llamada Nauplius. En la tercera obra
de nuestra trilogía se le llama categóricamente a Ulises σοφός κακός δέ,
y evidentemente éste era su carácter en la segunda. Palamedes, el
verdadero hombre sabio, fue destrozado por Ulises, el “ astuto y
malvado” . Todo esto nos consta, y probablemente el procedimiento
en que la destrucción fue maquinada es el relatado por Higino n,
que se dice que procede de la tragedia. Recurriendo al pretexto de
un sueño. Ulises convence a Agamenón para que desplace el campa
mento a la distancia de una jomada, con lo cual consigue llegar al
lugar en que está levantada la tienda de Palamedes, y enterrar en
ella una cierta cantidad de oro. Luego dispone las cosas para que en
el cadáver de un troyano se encuentre una carta presentándola como
si fuera de Príamo a Palamedes, en la cual se hace referencia al oro
que le ha enviado como precio por traicionar al campamento. Palame
des es acusado ante Agamenón. Niega saber nada de la misiva. Se
registra su tienda, se encuentra el oro enterrado en cuantía que coin
cide con la suma que se dice en la carta, y Palamedes es condenado
y ejecutado; el inocente es víctima de una calumnia del malvado
que le acarrea la muerte. Es defendido principalmente por su hermano
Oiax, que al final parece que ha sido encarcelado con la esperanza
de impedirle así que revele la verdad. Por las Tesmofoñazusas sabe
mos, sin embargo, que desde su prisión logra arrojar al mar unas
palas de remos que llevan escrita la verdad de lo sucedido. Los
vientos y las olas harán que lleguen a manos de alguien y, en efecto,
recordaremos que fueron a parar al padre de Palamedes, Nauplio,
y que éste, cuando los griegos regresaban de Troya, se hizo a la
mar a solas en su barca14 y encendió las boyas del promontorio
13 Fábula 105.
14 μονόκωπος ανήρ, Hel. 1.128.