Page 147 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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TRAGEDIAS  DE  EURÍPIDES  DE  415  A.  J.  C.   151

      ban  por  necesidad ;  su  lucha  fue  la  más  justa  y   su  muerte,  la  mejor,
      por  salvar  a  su  país.  Luego,  durante  los  diez  años  de  guerra,  que  es
      un  largo  trecho  en  la  vida  de  los  hombres,  ¿quiénes  fueron  más
      felices?  Desterrados,  separados  de  sus  mujeres  e  hijos,  lejos  del  hogar,
      los  griegos  vivieron  solos  y  rodeados  de  odio,  sin  tener  a  nadie  que
      se  cuidara  de  ellos  cuando  morían.  Los  troyanos  siempre  tenían  cerca
      a  los  que  amaban ;  cuando  eran  muertos,
         Tiernas  manos  de  mujer  envolvían  en  tomo  a  ellos  blancas  mortajas
         y  en  ellas  duermen  en  la  vieja  tierra  amada.

      Hasta  aquí,  la  argumentación  ha  seguido  lo  que  podría  llamarse  una
      línea  racionalista  corriente.  Luego  levanta  el  vuelo  hacia  algo  que  se
      parece  a  misticismo :  ¿cuál  ha  sido  el  sino  de  Héctor,  para  el  bien
      o  para  el  mal?
                      δο'ξας  άνήρ  δριστος  οϊχεται  θανών

      Este  verso,  casi  intraducibie,  es  la  definición  misma  de  la  felicidad
      griega :  Héctor  era άνήρ  αριστος,  el  hombre  bueno  a  carta  cabal, δο'ξας,
      todo  el  mundo  sabía  que  lo  era,  y  οϊχεται  θανών,  ahora,  muerto,  des-
      aparece.  E  incluso  a  Paris  ¿se  le  dedica  alguna  palabra?  Hay  una
      frase  bastante  corriente  en  los  poemas  de  los  modernos  sentimentales,
      pero  que  no  tiene  parangón,  según  creo,  entre  los  escritores  de  la
      Grecia  clásica :  Πάρις  δ’  Ιγημε  τήν  Διος.  “ Conquistó  el  amor  de  la  hija
      del  Cielo.”  ¿Qué  preferiríais :  ganar  el  amor  de  un  hijo  del  cielo  y
      ser  destruidos,  o  vegetar  satisfactoriamente? 20.
         La  primera  oración  lírica  de  Casandra21  es  un  requerimiento  a  la
      danza.  Es  una  danza  nupcial,  una  danza  como  la  de  los  astros  en  sus
      órbitas.  Pero  ¿qué  propósito  tiene?  La  bendición  de  su  padre  que
      yace  muerto  y  la  posesión  de  la  propia  Casandra  por  parte  de  Aga­
      menón.  Esta  equiparación  de  la  muerte  y  las  nupcias,  con  su  concep­
      ción  de  la  muerte  como  unión  con  el  mundo  de  las  tinieblas  y  del
      Hades  mismo  como  esposo,  es,  huelga  decirlo,  bastante  corriente  en
      la  poesía  griega.
         Otra  nota  que  se  pulsa  es  bastante  más  curiosa.  Ό   χορός  όσιος,
      “ la  danza  que  ejecuta  es  sagrada” .  Φλέγω  λαμπάσι  το’δ’  ίερον,  "purgo

        2°  365-99.
        21  308  SS.
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