Page 15 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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EL  HELENISMO                    1 9

     selección  de  lo  que  se  consideró  más  valioso  de  la  antigua  literatura
     hebrea.  En  cambio,  los  restos  babilónicos  se  limitan,  por  una  parte,
     a  excavaciones  y  monumentos  y,  por  otra,  a  innumerables  fragmentos
     de  vasos  y  vasijas  sin  criterio  selectivo  alguno  y  que  sólo  se  han
     conservado  por  puro  azar.  La  literatura  babilónica  posee  todos  los
     estilos  de  la  hebrea,  a  excepción  de  los  oráculos  de  sus  profetas ;  y
     cuenta  además  con  un  ingente  cuerpo  de  leyes  y  tratados,  de  con­
     tratos  privados,  de  epístolas  y  crónicas  de  las  empresas  de  distintos
     reyes.  En  ella  se  encuentran  asimismo  algunas  narraciones  épicas  muy
     rudimentarias,  unos  cuantos  relatos  no  religiosos  y  algunas  composi­
     ciones  amatorias.  Pero,  en  conjunto,  está  dominada  por  la  religión,
     la  astrologia  y  la  magia,  por  el  poder  del  rey  y   de  la  clase  sacerdotal
     y  por  un  majestuoso  cuerpo  de  derecho  unificado.
        La  literatura  de  Egipto,  por  su  parte,  está  dominada  de  un  modo
     más  completo  todavía  por  los  textos  mágico-religiosos.  Por  ejemplo,
     en  más  de  un  millar  de  tumbas  se  ha  encontrado  el  Libro  de  los
     Muertos.  Egipto  tiene  menos  derecho  y  menos  historia  que  Babilonia,
     pero  se  libera  de  las  cadenas  de  la  magia  y  del  culto  al  monarca  en
     sus  narraciones  y  cuentos  populares,  que  son  bastante  abundantes.
     Aunque  carece  de  épica,  sí  tiene  algunas  narraciones  cortas  sobre
     deidades,  y  no  escasean  los  himnos.  La  literatura  profética  está  repre­
     sentada  por  unas  cuantas  vagas  jeremiadas  acerca  de  la  deplorable
     condición  del  mundo  moderno  (el  pobre  siempre  ha  sido  moderno  y
     siempre  deplorable).  No  existen  codificaciones  legales,  pero  — extremo
     curioso—   se  conserva  el  texto  de  un  pleito  que  afectaba  al  rey.  Pue­
     den  señalarse  algunos  exponentes  interesantes  de  literatura  sapiencial,
     cinco  tratados  de  medicina  y  dos  de  matemáticas.
        Al  pasar  a  la  literatura  griega,  lo  primero  que  nos  impresiona  es
     su  extraordinaria  variedad.  Donde  la  hebrea  nos  daba  una  forma
     poetica,  o  a  lo  sumo  dos  — el  salmo  y  la  profecía,  y  ambas  idénticas
     en  metro  y  vocabulario— ,  la  literatura  griega  nos  brinda  la  épica  y  la
     épica  burlesca,  el  poema  didáctico  o  filosófico,  la  lírica  coral  y  la
     personal,  y  cada  clase  comprende,  a  su  vez,  muchas  subdivisiones :
     el  poema  político,  como  los  del  reformador  Solón,  del  malhumorado
    Teognis,  del  revolucionario  Alceo,  del  patriota  Tirteo ;  la  sátira,  al
    estilo  de  las  de  Arquíloco  e  Hiponacte ;  el  drama,  trágico  y  cómico,
    y  la  poesía  amatoria,  la  elegía  y  la  narrativa.  Y   no  sólo  se  encuentran
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