Page 157 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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TEOPOMPO                       ι6ι

      violeta.  A   Teopompo  no  se  le  ofrecían  estas  ventajas.  En  su  prefacio
      a  Philippica 1  dice  que  fue  contemporáneo  de  Isocrates,  Teodectes  y
      Naucrates  de  Eritras,  y  que  éstos  compartían  con  él  el  primer
      puesto  en  la  literatura  griega.  Pero  Isócrates  y  Teodectes,  careciendo
      de  medios,  componían  discursos  por  dinero  y  ejercían  de  sofistas  en­
      señando  a  los  jóvenes  y  percibiendo  así  retribución,  mientras  él  y
      Naucrates,  disponiendo  de  medios  de  fortuna  independientes,  dedi­
      caron  toda  su  vida  al  cultivo  de  la  sabiduría  y  del  conocimiento.
      Teopompo  señala  que,  en  comparación  con  Naucrates,  muy  bien  pu­
      diera  reclamar  el  primer  puesto  por  haber  escrito  no  menos  de  20.000
      líneas  de  discursos  epidicticos  y  más  de  150.000  líneas  de  escritos
      históricos  en  los  que  el  lector  encontrará  los  hechos  de  los  griegos  y
      de  los  bárbaros  hasta  el  momento  en  que  hace  esta  indicación,  y,
      además,  porque  no  hay  ningún  lugar  de  reunión  pública  ni  ciudad
      de  consideración  en  que  no  se  haya  detenido  y  no  haya  dejado  re­
      cuerdo  de  su  obra  en  el  campo  de  las  letras  con  sus  discursos  públicos.
         Procede  luego  a  demostrar  que  los  escritores  de  tiempos  pasados
      eran  muy  inferiores  a  los  de  su  época  y  que  no  merecen  siquiera  el
      segundo  puesto,  por  haber  hecho  el  arte  de  escribir  tan  grandes  pro­
      gresos  en  vida  de  Teopompo  (género  de  afirmación  que  sí  parece
      más  conveniente  reservarlo  para  la  propaganda  de  la  editorial).
         Conocemos  a  Teopompo  principalmente  por  unas  383  citas,  en
      su  mayoría  de  Philippica,  que  aparecen  en  autores  posteriores.  Con­
      tamos  también,  por  supuesto,  con  el  importante  fragmento  de  un
      papiro  de  unas  treinta  páginas  en  octavo  descubierto  en  1911  en
      Oxirrinco  y  atribuido  por  muchos  críticos  a  Teopompo.  La  identi­
      ficación  es  demasiado  insegura  para  servir  de  base  sólida  para  una
      argumentación,  por  lo  que  me  referiré  poco  al  papiro.  En  términos
      generales,  a  mí  me  parece  que  el  tono  recuerda  a  Teopompo,  pero
      la  manera  de  escribir  es  bastante  menos  vivaz.  Huelga  decir  que  la
      cuestión  de  la  paternidad  hay  que  resolverla  sobre  otra  base 2,
         Los  fragmentos  me  producen  una  impresión  peculiar.  Parece  como
      si  al  historiador  le  persiguiera  la  sensación  de  la  irrealidad  del  espec­
      táculo  que  describe.  La  historia  de  las  ambiciones  y  obras  humanas
      le  fascina,  pero  principalmente  excita  su  afición  a  la  sátira.  Constan­


         1  Jacoby,  Fragmenta  Historicorum,  vol.  II  b.  25.
         2  Ibid.,  Comentario  sobre  el  fr.  66.
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