Page 178 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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t8 2 GRECIA CLÁSICA Y MUNDO MODERNO
El fenómeno que se presentaba a los grammatikoi griegos no era
el lenguaje humano todo. Era el logos, el logos tal como se daba
en su habla y documentos cotidianos, y también como había de ser
si había de responder a su Φύσις (Physis) ideal, como objeto de
belleza y de revelación. Los primeros griegos habían descubierto, por
así decir, el logos. No exactamente “ la palabra” — pues más que
verbum quiere decir oratio— , sino "la cosa dicha” . Habían descu-
bierto que, a veces, en vez de pelear se podía decir algo y entonces
lo dicho hacía que ambas partes se pusieran de acuerdo. Si la gente
se quedaba confusa o perpleja, se podía decir algo y lo dicho les
hacía comprender. Quizá hubiera un Logos incluso en el mundo, algo
que el Cosmos estaba diciendo, con tal que se pudieran captar las pala
bras. Había un Logos de Dios, algo que Él estaba diciendo, el ver
dadero Logos del universo. Y mientras tanto había los Logoi de los
sabios y poetas, cosas maravillosamente augustas y hermosas cuando
se decían bien, pero susceptibles de fealdad o de locura cuando se
malograban.
Si es lícito que anticipemos nuestras conclusiones, creo que pode
mos notar en seguida algunos puntos flacos y algunos puntos fuertes
en el análisis del lenguaje hecho por los antiguos griegos. En primer
lugar, el análisis propiamente dicho, tanto lógico como psicológico,
era de una agudeza extraordinaria, y es natural que, a pesar de todos
los cambios sobrevenidos en el curso de los siglos, sigamos empleán
dolo en su mayor parte en nuestro lenguaje usual. Segundo: a estos
problemas, como a otros, los griegos aplicaron en general un verda
dero espíritu racionalista. Pensaron mucho y con sobriedad, y los
grandes grammatikoi estudiaron el lenguaje con espíritu filosófico.
En cierto sentido fueron en rigor demasiado racionalistas. Es de mu
cho interés observar cómo a partir del siglo III aparecen dos puntos
flacos contrapuestos en cuanto se afloja la mano firme de los griegos
clásicos, Por una parte, encontramos que brotan toda suerte de mis
ticismos y supersticiones en torno a palabras y nombres y, por otra,
un exceso de análisis, de reglas artificiales y de aislamiento de las
palabras entre sí. Por sobra de meditación y razonamiento, los gra
máticos empezaron a entender la palabra como una unidad y a olvidar
el Logos, esto es, la frase o la “ corriente de expresión” .
La tercera característica vacilo en atribuirla al idealismo griego o
bien a la simple sobreexcitación y exceso de confianza que es natural