Page 186 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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GRECIA  CLÁSICA  Y  MUNDO  MODERNO

         Pero  ¿y  el  verbo?  ¿Cómo  se  iba  a  distinguir,  por  ejemplo,  entre
      λέγω,  λέγεις,  λέγει?  Yo,  tú,  él.  Recurriendo  a  una  ingeniosa  metáfora,
      los  gramáticos  pensaron  en  los  tres  actores  del  teatro  y  calificaron
      estas  formas  de  las  tres  Προ’σωχα  o  personajes  (máscaras),  y  los  romanos
      conservaron  la  misma  palabra :  personae.
         Dicho  todo  esto,  pasemos  ahora  a  los  tiempos.  Se  dieron  cuenta
      de  que  ciertas  formas  del  verbo  diferían  en  punto  a  χρο’νος o  tiempo.
       Tόπτω denota  el ενεστώς  χρο'νος, tempus  instans  o  praesens,  el  tiempo
      que  nos  es  ahora.  Τυπτήσω  es  μέλλων,  el  tiempo  que  va  a  ser.  Sin
      embargo,  hay  una  especie  de  acción  que  tenemos  presente,  pero  que
      ya  está  acabada;  es  como  un  plato  ya  preparado  y  condimentado
      y  puesto  en  la  mesa;  está  παρακείμενος,  servido  ya  dispuesto,  o,  a
      veces,  más  exactamente,  ενεστώς  συντελικός, presente  perfecto.
         Hay  también  la  acción  que  ha  pasado  παρεληλϋθώς,  παρψχημένος;
      latín  praeteritus,  pasado  de  largo,  y  puede  presentar  dos  formas :
      puede  ser παρατατικός,  extendido  a  lo  largo  de  alguna  otra  acción.
      Por  ejemplo,  la  palabra  Ιτυπτον  implica,  según  los  escolios  a  Dionisio,
      que  en  el  determinado  momento  que  se  considera,  yo  pegué,  yo  había
      estado  pegando  antes  y   yo  iba  a  pegar  en  el  futuro,  en  todo  caso
      por  un  poco  de  tiempo.  Pero  la  acción  pasada  puede  ser  también
      αόριστός,  no  determinada  de  ningún  modo  salvo  en  que  se  refiere
      al  pasado.
         Hasta  ahora  nos  hemos  movido  en  la  región  no  ciertamente  de
      las  cosas  tangibles,  pero  sí  de  las  distinciones  con  que  estamos  más
      o  menos  familiarizados  en  la  vida  de  todos  los  días.  Ahora  bien,
      ¿qué  vamos  a  decir  de  las  distinciones  entre  τύπτω, τύπτω, τύπτοιμι,
      τύπτε, τόπτειν, τύπτων?  De  la  última  podemos  desentendemos ;  no  es,
      en  realidad,  parte  del  verbo,  no  tiene  personas,  es  un  adjetivo  (o,
      como  decía  Apolonio,  un  nombre) ¡  a  lo  sumo  es  una  μετοχή,  una
      participación  tanto  del  nombre  como  del  verbo,  un  participium.  Pero
      ¿y  las  otras  cuatro?  No  son  casos, πτώσεις, sino  algo  distinto, εγκλίσεις,
      y  una  Ιγκλισις  es  una  inflexión  de  la  voz  κίνησιν  ποιαν  τής  ψυχής
      Ιμφαίνοοσα, ή οριστικήν, ή προστακτικήν, ή ευκτικήν ή διατακτικήν, que  indi­
      ca  alguna  especie  de  movimiento  o  disposición  o  “modo”  del  ánimo,
      de  definición,  mandato,  deseo,  deliberación  o  dubitación.  Hizo  falta
      no  poco  pensamiento  abstracto  bien  trabado  para  llegar  a  esa  con­
      cepción  del  “ modo” .
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