Page 188 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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IÇ2 GRECIA CLÁSICA Y MUNDO MODERNO
monumentos propios.) Como tantas veces ocurre con los griegos, la
principal fuerza impulsora de este estudio es el amor a la belleza.
Amaban a Homero porque su poesía era tan buena, aparte de otras
razones, y por ello querían entenderlo. Ya en el siglo V encontramos
gramáticos que explican a Homero en clase, y vemos que palabras
que nos parecen sencillas, άμενηνά κάρηνα y otras parecidas, resultaban
incomprensibles para los contemporáneos de Aristófanes. De aquí la
necesidad de interpretación.
Los comienzos de este arte de la exegesis son tan defectuosos y
endebles como los de otras artes. En notas de los escolios homéricos
se hace referencia a algunos de los absurdos de estos primeros Γλωσ
σογράφοι, o sea intérpretes de las palabras difíciles de Homero. Resulta
extraño que mientras τοιοϋτος, τοσοϋτος eran palabras comentes en
ático, las formas sencillas τοΐος, το'σος resultaban al parecer ininteli
gibles. Enfrentados con un pasaje como τοίην γάρ κεφαλήν κατά γαϊα
κάλυψεν, "pues la tierra había cubierto tal cabeza” , los glosógrafos
explicaban que significaba “ una buena cabeza” , con lo que sacaban
la conclusión de que τοΐος significaba “ bueno” . Το'σος, το'σσος en cam
bio, significaba en su opinion “ un cuerpo” . Este error procedía de
dos pasajes — y quizá de otros hoy perdidos— en que το'σον se emplea
adverbialmente en el sentido de “justamente tanto” o “ casi” . Se
menciona un caballo δς το μέν άλλο το'σον φοΐνιξ ήν, εν δέ μετώπψ λευκόν
σήμ’ ετέτοκτο4. “ Todo el resto de él era bermejo, pero en la frente
tenía una marca blanca” . Sin embargo, los glosógrafos creyeron que
significaba το μέν άλλο τοσον, el resto de su cuerpo, interpretación
apoyada por una cierta ánfora que aparecía en manos de los sirvientes
de Hefesto 5 : oí δ’ ήδη το'σσον μέν εχον τέλος, ο’όατα δ’ ουχω... “ Estaban
a punto de terminarla, pero las asas aún no estaban puestas” . Los
glosógrafos lo entendieron así: “ Estaban terminando el cuerpo, pero
las asas...”
Cabe seguir en cierta medida el desarrollo del arte de la inter
pretación desde estos confusos comienzos que en realidad lograron
engañar a Esquilo, a Calimaco y aun a los posteriores poetas homé
ricos mismos, hasta la extraordinaria delicadeza y exactitud de que lo
revistió Aristarco (160 a. J. C.). Se conservan gran número de sus
* II, XXIII, 454·
5 II, XVIII, 378.