Page 187 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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COMIENZOS  DE  LA  GRAMÁTICA           i g i


          Λέγω,  λέγεις,  λέγει  es  Ιγκλισις  οριστική  ή  αποφαντική  (definitivus,
       indicativus).  La  actitud  mental  es  la  de  definir  o  demostrar.  Es  cu­
       rioso  que  se  hable  de  definir ;  pone  de  manifiesto  cuánto  estaba  toda­
       vía  dominado  por  el  ορος  o  definición  el  pensamiento  profesional
       griego.  Claro  está  que  todas  las  definiciones  han  de  estar  en  indica­
       tivo,  pero  nosotros  difícilmente  pensaríamos  en  hacer  de  eso  la  carac­
       terística  del  modo.
          Viene  a  continuación,  según  Apolonio,  τόπτειν,  ή  αχαρέμφατος.
       Παρεμβαίνω es  hacer  una  sugerencia  secundaria  o  derivación,  y  la  pa­
      labra  significa  “ sin  características  secundarias” .  El  término  latino  infu
      •nitivus  es  una  ocurrencia  bastante  desacertada.  Por  lo  común,  un
       verbo  tiene  persona,  número  y  “modo”   o  actitud  mental;  la  forma
       τόπτειν,  λέγειν,  no  tiene  nada  en  esto.  Carece  de  “ atributos  secun­
       darios” .  Es  κυρίως  ρ'ήμα  καθ-αρο'ν,  ουσίας  μή  καταμειγνυμένης,  “ estricta­
       mente  la  pura  idea  verbal  sin  aditamento  de  materia” .
         La  forma  λέγοιμι,  λέγοις,  λέγοι  es  sencillamente  la  forma  de  ruego,
       que  expresa  puro  deseo  ο  εΰχή,  a  distinción  de  mandato,  εντολή.  Es
       ευκτική,  optativus.
         Las  formas  λέγε,  λεγέτω  son  προστακτικαί:  denotan  mandatos,  por
      lo  que  no  hay  primera  persona.  Nadie  se  da  órdenes  a  sí  mismo,
       excepto  en  metáfora.
         Lo  que  nosotros  llamamos  subjuntivo  era  asunto  de  un  tratado
      de  Apolonio,  tratado  hoy  perdido.  Sabemos  que  ponía  reparos  al
      término διατακτική, dubitativus,  Conviene  al  subjuntivo  de  deliberación,
       τύπτω;  “ ¿golpearé?”  Encaja  bastante  bien  con  εάν  τόπτω,  “ si  golpeo",
      pero  no  resulta  bien  para  los  usos  más  corrientes  de  este  modo,
       δς  αν  τόπτίβ,  ívd  τύπτη,  y  Apolonio  prefiere  el  nombre  de υποτακτική,
      subjuntivus  o  subordinado.  Esto  depende  de  una  teoría  según  la  cual
      mientras  el  indicativo,  el  optativo  y  el  imperativo  pueden  formar
      frases  completas,  el  subjuntivo  no  puede  hacer  otro  tanto  si  no  es
      con  dependencia  de  otro  verbo.  Se  da  casi  siempre  en  cláusulas  su­
      bordinadas.  Los  que  sustentaban  esta  opinión  probablemente  explica­
      ban  los  subjuntivos  de  deliberación  y  exhortación  diciendo  que  lle­
      vaban  consigo  una  elipsis.
         Dejemos  ahora  la  flexión  y  la  sintaxis  para  pasar  a  otra  faceta
      de  la  Grammatikê  que  culminó  en  los  grandes  glosarios  y  léxicos.
      (Aunque  atendieron  poco  a  otros  idiomas,  los  griegos  se  sometieron
      a  una  ejercitación  mental  bastante  parecida  estudiando  los  antiguos
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