Page 217 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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LETRAS  HUMANAS  Y  CIVILIZACIÓN        -221


      otro  lado,  es  imposible  que  nadie  abarque  todo  el  campo  del  saber.
      Yo  creo  que  existe  una  solución  práctica  aproximada  de  la  dificultad,
      que  consiste  en  tratar  de  saber  una  materia  bien,  de  verdad  — la
      amplitud  de  la  materia  dependerá  del  gusto  o  de  la  capacidad  del
      individuo—   y  luego,  reconociendo  los  límites  de  nuestro  propio  saber,
      mantener  alertas  la  simpatía  y  la  inteligencia  para  las  cosas  que
      se  mueven  en  esa  esfera  de  amplitud  mucho  mayor  en  la  que  uno
      no  puede  hacer  más  que  escuchar.  Casi  cualquier  materia  podrá  servir
      de  núcleo,  pero  no  cabe  duda  de  que  las  distintas  disciplinas  difieren
      mucho  en  fecundidad.  ¿Qué  decir,  pues,  de  nuestra  disciplina  desde
      este  punto  de  vista,  como  núcleo  o  foco  de  liberalitas,  de  humanitas?
         Ustedes  y  yo  pertenecemos  a  una  gran  civilización,  que  en  el  es­
      pacio  abarca  la  mayor  parte  de  Europa,  América  y  Australia  y  partes
      de  Africa,  y  que  en  el  tiempo  va  desde  unos  oscuros  comienzos  con
      las  invasiones  bárbaras  que  destruyeron  el  Imperio  romano  hasta  una
      fecha  futura  desconocida,  quizá  muy  lejana,  quizá  inminente.  Pero,
      históricamente,  la  característica  más  pronunciada  de  esta  civilización
      es  descender  de  otra :  de  la  civilización  helénica  o  grecorromana  que
      se  extendió  desde  las  incursiones  bárbaras  que  acabaron  con  la  civili­
      zación  minoica  en  el  siglo  XV  a.  J,  C.  hasta  las  que  destruyeron  el
      Imperio  romano.  En  el  mundo  ha  habido  otras  civilizaciones :  la
      china,  la  índica,  la  islámica,  la  mejicana;  el  Prof.  Toynbee  cuenta
      veintidós,  pero  ninguna  está  tan  estrechamente  vinculada  con  la  nues­
      tra  como  la  helénica  o  grecorromana.  Aquella  sociedad  produjo  en
      vasta  escala  lo  que  Aristóteles  llama  “ una  vida  buena  para  el  hom­
      bre” ;  creó  seguridad,  derecho,  arte,  ciencia,  filosofía  y  religión,  expre­
      sados  en  una  literatura  magnífica  y  muy  extensa.  Por  eso  la  llamamos
      civilización,  y  grande.  Cosa  más  importante  todavía :  es  la  nuestra ;
      somos  sus  hijos  y  sus  discípulos j  hemos  heredado  sus  modos  de  pen­
      samiento  en  política,  en  arte,  en  religión,  en  literatura.  En  medio
      de  toda  la  variedad  sin  precedentes  de  contactos  mundiales  que  ahora
      se  nos  ofrecen,  rara  vez  podemos  escapar  del  hechizo  con  que
      nos  ha  aprisionado,  y,  cuando  lo  conseguimos,  las  más  de  las  veces
      nos  volvemos  incivilizados.  Por  lo  menos  yo  creo  que  la  mayor  parte
      de  la  gente  estaría  de  acuerdo  en  que  en  cuanto  naciones  como  Rusia
      y  Alemania  dieron  la  espalda  de  distintos  modos  a  la  tradición  gre­
      corromana  normal  de  la  Europa  occidental  y  volvieron  a  los  supuestos
      cultos  de  sus  antepasados  proto-heroicos,  todas  fueron  más  o  menos
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