Page 220 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
P. 220

224           GRECIA  CLÁSICA  Y  HUNDO  MODERNO



      primer  año  y  medio  de  dicho  curso,  el  universitario  estudia  las  len­
      guas  y  lee  a  los  poetas  y  oradores;  durante  los  dos  años  y  medio
      siguientes,  ya  más  madurado  el  espíritu,  estudia  a  los  historiadores  y
      filósofos.  Cosa  bastante  natural,  lee  a  los  poetas  y  oradores  princi­
      palmente  por  lo  que  respecta  a  la  forma,  y  a  los  historiadores  y
      filósofos  por  lo  que  concierne  al  fondo.  Y   la  peculiaridad  de  la  Es­
      cuela  de  Letras  Humanas  de  Oxford  es  que  al  estudiar  por  su  con­
      tenido  a  Herodoto  y  Tucídides  o,  quizá  todavía  más,  a  Platón  y
      Aristóteles,  el  universitario  también  estudia  ese  contenido  mismo  va­
      liéndose  de  todos  los  medios  que  se  pongan  a  su  alcance.  Se  obtiene
      luz  sobre  la  historia  por  excavaciones  recientes  o  por  teorías  econó­
      micas;  sobre  la  filosofía,  por  Kant  y  Bergson  y  Alexander,  y  por
      discusiones  con  los  preceptores  o  directores  de  estudios  o  con  los
      compañeros  de  curso.  En  las  Universidades  escocesas,  la  gran  tradición
      nacional  de  Escocia  adopta  una  actitud  muy  parecida  hacia  esta  labor.
         Fácil  es  ver  por  qué  se  hace  una  división  de  esta  naturaleza.  No
      se  puede  comprender  la  civilización  a  menos  que  se  conozcan  las  dos
      lenguas  en  que  se  conserva  como  reliquia?  eso  es  lo  que  hace  tan
      difícil  el  curso  de  clásicas,  de  lo  cual  se  desprende  que  la  mejor
      manera  de  aprender  la  lengua  es  sirviéndose  de  materiales  en  que,
      por  así  decir,  la  forma  sea  más  importante  y  el  fondo  lo  sea  menos.
         Aquí  topamos  con  una  de  las  grandes  equivocaciones  que  los
      profesores  de  clásicas  hemos  tenido  propensión  a  cometer  y  que  a
      varios  estudiantes  inteligentes  les  han  llenado  de  antipatía  por  los
      clásicos.  Tengo  la  seguridad  de  que  a  muchos  de  nosotros  en  la
      escuela  nos  enseñaron  principalmente  a  estudiar  los  pasajes  palabra
      por  palabra  y  a  hacer  su  análisis  gramatical;  pero  haciendo  tal  cosa
      no  nos  preocupábamos  mucho  de  apreciar  o  de  comprender.  Por  mi
      parte,  recuerdo  que,  aunque  en  cierto  sentido  estimaba  las  obras  de
      Virgilio  y  Homero  y  gocé  enormemente  con  ellas,  solía  leerlas  oración
      por  oración,  frase  por  frase,  notando  y  percibiendo  la  belleza  del  len­
      guaje  en  el  detalle,  pero  sin  conciencia  alguna  de  las  grandes  unidades
      de  composición  o  construcción.  Yo  me  sabía  de  memoria  el  Agamenón
      años  antes  de  que  cayera  en  preguntarme  de  qué  trataba.  Quizá  no
      sea  por  completo  cierto  que  nos  enseñaban  a  concentrar  nuestra
      atención  en  el  hecho  de  que  Tucídides  era  “ bastante  mediocre  en
      gramática’'  sin  notar  que  era  "un  gran  genio  en  historia” ,  pero  yo
      me  inclinaría  a  admitir  que  sí  leíamos  la  literatura  antigua,  muy  al
   215   216   217   218   219   220   221   222   223   224   225