Page 36 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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      conocemos  a  quién  pertenecía  éste  originariamente ;  no  sabemos  si  en
      un  principio  iba  destinado  a  un  determinado  héroe  o — lo  que  es  mas
      probable—   si  se  trataba  simplemente  de  una  descripción  aparte  de  un
      escudo  de  abolengo  heroico,  que  pudiera  atribuirse  a  cualquier  héroe  al
      que  cuadrara.  Difícilmente  pudo  destinarse  en  su  origen  a  Heracles,  ya
      que  en  la  concepción  antigua  éste  no  era  hoplita,  sino  un  héroe  cam­
      pesino  sin  más  armas  que  una  maza  o  a  lo  sumo  una  maza  y  un
      arco.  En  la  poesía  oral,  estos  elementos  pueden  ensamblarse  y  trans­
      ponerse  según  convenga.  Y   los  elementos  mismos  son  igualmente
      maleables.  En  un  papiro  del  siglo  i  a.  }.  C,  hallamos  un  fragmento
      de  una  descripción  de  un  escudo  que  durante  doce  versos  — salvo  en
      uno  que  es  ajeno  a  ella—   concuerda  con  el  escudo  de  Aquiles  qu#
      se  describe  en  la  Iliada  (XVIII),  pero  que  a  continuación  pasa  de  un
      salto  al  escudo  de  Heracles  tal  y  como  se  describe  en  el  Aspis  de
      Hesíodo.  Cosa  perfectamente  natural  en  la  poesía  oral,  pero  comple­
      tamente  incomprensible  para  todo  el  que  esté  acostumbrado  al  libro
      impreso.  El  “ autor”   del  libro  tomó  sus  materiales  donde  los  encontró»
      escogió  las  versiones  qüe  prefería  e  incluso  las  modificó  un  tanto
      para  adaptarlas  a  sus  fines  inmediatos :  la  verdadera  diferencia  entré
      el  Aspis  y  las  demás  obras  atribuidas  a  Hesíodo  consiste  en  que  en
      los  Erga  y  en  la  Teogonia,  el  refundidor  parece  haber  recogido  en.
      su  syngramma  todo  el  material  que  pudo  hallar,  mientras  que  en  di
      Aspis  se  ha  propuesto  componer  lo  que  podríamos  llamar  un  poema,
      o  sea,  una  unidad  artística.  Quizá  más  adelante  se  vea  más  clara  la
      razón  de  esta  diferencia.
         De  naturaleza  mucho  más  sencilla  es  la  colección  que  llamamos
      "Teognis” .  Encabezan  los  manuscritos  las  palabras  θεο'γνιδος  Γνώμβι
      o  ’ Κλε-fείαι.  Se  trata  de  algo  más  que  de  una  colección  de  Gnómak
      sin  duda  que  no  es  una  colección  de  elegías,  a  menos  que  por  dicho
      vocablo  entendamos  simplemente  versos  en  metro  elegiaco.  Es  una
     recopilación  de  poemas  breves  de  toda  índole,  de  una  extensión  que
      va  de  dos  a  treinta  versos,  la  mayoría  de  los  cuales  tienen  carácter
     exhortatorio  o  gnómico.  Los  poemas  de  esta  clase  se  aprendían  fácil­
     mente  de  memoria  y  sin  duda  se  recitaban  en  los  banquetes  y  sim­
     posios,  recordándose  los  versos  y  olvidándose  al  autor.  Por  esta  razón,
     algunos  autores  como  Teognis,  Demódoco,  Focílides  y  otros  tenían  h
     costumbre  de  poner  en  sus  poemas  una  marca  personal,  σφρηγίς  o
     “ sello” ,  como  ellos  lo  llaman,  para  evitar  que  se  atribuyeran  a  otros,
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