Page 69 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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PROLEGÓMENOS  A  LA  HISTORIA  DE  GRECIA
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      bien  puede  probarse,  basándose  en  algunos  pasajes,  que  en  el  Aga­
      menón  había  tres  actores  o  que  había  doce  choreutae.  En  ello  hay
      un  hecho  histórico,  pero  nuevamente  cabe  decir  que  no  es  el  hecho
      importante.  Lo  que  sí  tiene  la  máxima  importancia  histórica  es  la
      belleza  y  la  grandiosidad  de  la  obra  misma.  El  hombre,  que  venía
      habitando  este  planeta  desde  hacía  unos  cincuenta  mil  años,  más  o
      menos,  invertidos  en  su  mayor  parte  en  comer  y  ser  comido,  en
      destrozar  y  ser  destrozado,  creó  al  fin  el  Agamenón  o  la  litada  o  la
      Eneida,  o  lo  que  se  quiera.  ¡ De  modo  que,  después  de  todo,  el
      proceso  tenía  algún  sentido !  Conducía  a  alguna  parte.  ¡ Hasta  es
      posible  que  haya  valido  la  pena !  Pues  bien,  eso,  si  se  entiende  bien,
      es  un  hecho  histórico  de  primerísima  importancia.  El  hecho  histórico
      es  la  belleza  del  poema  o  de  la  estatua  mismos,  y  no  podemos  com-
      prender  en  absoluto  tal  hecho  si  no  somos  capaces  de  sentir  y  apreciar
      la  belleza.  En  caso  contrario,  el  hecho  no  existe  para  nosotros.  A   pri­
      mera  vista,  esto  parece  que  es  cercenar  los  hechos  de  la  literatura
      y  del  arte  de  lo  que  solemos  llamar  los  hechos  de  la  historia  — hechos
      concretos,  macizos,  como  “ la  batalla  de  Hastings  se  libró  en  1066” ,
      que  no  hace  falta  imaginación  para  comprenderlos.  Pero  tal  distinción
      es  ilusoria,  porque  en  realidad  se  necesita  mucha  imaginación  para
      comprender  el  significado  de  “ la  batalla  de  Hastings  se  libró  en  1066".
      Lo  que  ocurre  es  que  el  vano  intento  de  entender  las  cosas  sin  valerse
      de  la  imaginación  queda  convicto  de  inutilidad  más  inmediatamente
      aún  cuando  lo  que  se  trata  de  entender  es  una  obra  de  arte.  Siempre
      es  reo  de  tal  falta,  más  tarde  o  más  temprano.  La  historia,  como  el
      arte,  la  poesía  y  la  filosofía,  es,  en  definitiva,  cosa  del  espíritu,  aunque
      no  cabe  duda  de  que,  por  cierta  timidez  o  pereza  innata,  siempre
      tratamos  de  pasamos  sin  el  espíritu  y  de  conseguir  el  mismo  resul­
      tado  recurriendo  a  algún  sustituto  mecánico,  cosa  que  en  última
      instancia  no  se  puede  hacer.
        Esta  conferencia,  y  quizá  todo  este  curso,  no  les  dará  a  ustedes
     mucha  información  acerca  del  período  concreto  de  la  historia  que
     estudian.  Eso  sólo  lo  conseguirán  mediante  la  lectura  ardua  y  metó­
     dica  de  los  grandes  textos.  Este  curso  se  destina  más  bien  a  sugerir
      ideas  acerca  del  significado  y  de  los  métodos  de  la  historia  y  a
     brindarles  la  posibilidad  de  que  aprovechen  la  experiencia  que  pode­
     mos  prestarles  nosotros,  estudiantes  más  viejos,  que  llegamos  aquí
     antes  y  conocemos  el  terreno.
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