Page 73 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
P. 73

PROLEGÓMENOS  A  LA  FILOSOFÍA  ANTIGUA      77

      estudios  tendremos  que  examinar  detalladamente  qué  elementos  de
      su  tradición  actúan  todavía  entre  nosotros  sin  que  se  reaccione  contra
      ellos.  En  tercer  lugar,  de  todos  los  pueblos  que  nos  son  conocidos  en
      la  historia,  los  griegos  fueron,  con  mucho,  los  que  pensaron  con
      mayor  libertad.  No  es  exagerado  decir  que,  haciendo  abstracción  por
      el  momento  de  la  India  y  de  la  China,  no  hay  más  filosofía  que  la
      griega  o  la  derivada  de  ésta.
         Esta  línea  de  pensamiento  plantea  una  dificultad,  pues  se  dirá;
      “ Si  aquel  pueblo  era  tan  diferente  de  nosotros  en  puntos  de  vista  y
      condiciones  sociales,  ¿de  qué  nos  sirve?  ¿Se  planteó  las  mismas  cues­
      tiones  que  nosotros?  ¿Trató  de  comprender  lo  que  nosotros  quere­
      mos  comprender?”   La  respuesta  es  que  sí;  nuestra  civilización  des­
      ciende  de  la  suya,  y  la  realidad  es  que  se  planteó  tales  cuestiones  y
      trató  de  penetrar  el  sentido  de  lo  que  nosotros  también  intentamos
      comprender.  Suele  decirse  que  el  gran  abismo  que  separa  la  filosofía
      antigua  de  la  moderna  es  la  Crítica  kantiana.  La  idea  de  que  las  leyes
      de  la  matemática  y  de  la  lógica  pueden  ser  simplemente  las  que  rigen
      el  funcionamiento de  nuestra  mente  humana  y  no nos  dan  noticia  algu­
      na  del  mundo  exterior  es  un  descubrimiento  o  teoría  modernos  y  no
      parece  que  se  le  ocurrió  a  ningún  hombre  de  la  Antigüedad,  Esto
      probablemente  es  cierto,  aunque  se  le  parecen  bastante  algunas  frases
      de  Demócrito  en  las  que  afirma  la  total  imposibilidad  de  que  conoz­
      camos  el  mundo  exterior2.  Pero,  en  términos  generales,  el  filósofo  de
      la  antigüedad  es  punto  por  punto  como  el  peregrino  de  Mr.  Flecker,
      igual  que  el  hombre  moderno  que  duda,  enfrentado  con  un  mundo
      y  un  yo  que  no  entiende  y  en  el  cual  sabe  que  se  extravía  con  fre­
      cuencia.  Tomemos  dos  o  tres  grupos  característicos  de  problemas.
         En  primer  lugar:  ¿hasta  qué  punto  trató  el  filósofo  griego  de
      escapar  de  su  tradición?  Fue  educado  por  los  λο'γοι  των  'Ελλήνων  que
      Hecateo  calificó  de  πολλοί  καί  γελοίοι  3 ;  por  Homero,  Hesiodo  y  otros
      poetas,  por  el  ritual  local  de  los  templos,  con  sus  fábulas  e  idolatrías
      y  su  politeísmo  antropomórfico  falto  de  crítica.  ¿Pudo  realmente  des­
      embarazarse  de  todo  ese  fárrago?  Veamos  algunos  fragmentos  de  la
      obra  de  Jenófanes4 :  “ Los   dioses  no  mienten  ni  roban ni cometen


        2  Cf.  Dem.,  Φοσικα  en  Diels,   Vorsokratiker,  II;  Ritter  y  Preller, pp. ι66,  167.
        3  "Los  Logoi  de  los  griegos   son  variados  y  risibles.”
        4  Cf.  Jenóf.,  Σίλλοι  y  Φυσικά  en  Diels;  Ritter  y  Preller,  pp.  78 ss.
   68   69   70   71   72   73   74   75   76   77   78