Page 82 - Murray, Gilbert. - Grecia Clásica y Mundo Moderno [1962]
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8 6           GRECIA  CLÁSICA  Y  MUNDO  MODERNO

      neoplatónica  constituía  una  fuerza  en  la  Iglesia  cristiana  primitiva,
      de  un  lado,  por  la  influencia  de  San  Agustín,  que  lo  conocía  a  través
      de  Boecio  y   de  una  traducción  latina  de  Plotino,  y   de  otro,  por  sim­
      ples  falsificaciones,  como  el  libro  de  Dionisio  el  Areopagita,  el  su­
      puesto  platonista  converso  de  San  Pablo.  A  Aristóteles  sólo  se  le
      conocía  a  través  de  partes  de  su  Lógica,  hasta  que  el  grueso  de  sus
      escritos,  con  toda  su  espléndida  cohesión  y   sentido  común,  fue  tra­
      ducido  del  árabe  en  el  siglo  XIII  y   aceptado  como  base  de  la  filosofía
      cristiana  por  Santo  Tomás  de  Aquino.  Su  sistema  "escolástico”   domi­
      nó  el  pensamiento  cristiano  a  lo  largo  de  dos  siglos,  después  de  los
      cuales  empezó  a  encontrar  la  rivalidad  del  platonismo  o  neoplatonis­
      mo  resurgido  en  el  Renacimiento.  Sin  embargo,  Aristóteles  conservó
      una  posición  firme  en  las  universidades,  y   el  puesto  que  ocupa  Platón
      en  nuestro  Curso  de  Clásicas  es,  según  se  dice,  una  audaz  innovación
      del  doctor  Jowett.
         Hemos  optado,  pues,  por  Platón  y  Aristóteles.  ¿A   qué  otros  po­
      dríamos  haber  elegido?  En  el  siglo  XVIII,  en  que  no  estaba  muy  exten­
      dido  el  conocimiento  del  griego,  pero  sí  el  del  latín,  la  filosofía  antigua
      estaba  representada  principalmente  por  Cicerón  y   Séneca.  La  obra  de
      Cicerón  De  Officiis  o  "D e  los  Deberes  de  Tulio”  casi  llegó  a  ser  un
      breviario  popular  entre  la  gente  culta.  Es  un  libro  muy  hermoso,  pero
      a  estas  alturas  ya  hemos  excavado  sus  cimientos  y  hoy  preferimos  algo
      más  original  y  menos derivado,  lo  cual  nos  hace  recalar  inevitablemente
      en  Grecia.  Si  buscamos  entre  los  filósofos  griegos,  veremos  que  la
      obra  de  Platón  y  Aristóteles  es  la  que  mejor  se  ha  conservado  con
      mucho.  De  ambos  filósofos  poseemos  un  cúmulo  muy  cuantioso  de
      escritos  auténticos.  Los  dos  únicos  rivales  en  que  cabe  pensar  serían
      los  dos  estoicos,  Epicteto  y  Marco  Aurelio,  que  todavía  se  leen  por
      su  mensaje  propio,  pero  que  están  ya  aprisionados  en  una  rigurosa
      ortodoxia ;  Sexto  Empírico,  el  gran  escéptico,  crítico  interesante,  pero
      no  filósofo  original  y  vivificante,  y.  posiblemente,  Epicuro.  Pero  ni
      en  genio,  ni  en  originalidad,  ni  en  volumen,  ni  en  influjo  sobre  el
      mundo  del  pensamiento  podría  compararse  ninguno  de  éstos  a  los
      dos  elegidos.
         Además,  los  dos  autores  presentan  curiosos  contrastes  entre  sí.
      En  primer  lugar,  aunque  la  tradición  ha  conservado  un  gran  volumen
      de  escritos  de  uno  y  de  otro,  los  ha  tratado  de  un  modo  tan  distinto,
      que  casi  raya  én  la  travesura.  Ha  conservado  toda  la  obra  publicada
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