Page 118 - Orgullo y prejuicio
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pero  en  realidad  no  veía  por  qué  lamentarlo.  No  podía  suponerse  que  el

                hecho de que ellas no estuviesen en Netherfield impidiese venir a Bingley;
                y  en  cuanto  a  la  ausencia  de  las  damas,  estaba  segura  de  que  Jane  se
                consolaría con la presencia del hermano.

                     ––Es una lástima ––le dijo después de una breve pausa–– que no hayas
                podido ver a tus amigas antes de que se fueran. Pero ¿no podemos tener la

                esperanza de que ese «más adelante» de futura felicidad que tu amiga tanto
                desea  llegue  antes  de  lo  que  ella  cree  y  que  esa  estupenda  relación  que

                habéis  tenido  como  amigas  se  renueve  con  mayor  satisfacción  como
                hermanas? Ellas no van a detener al señor Bingley en Londres.

                     ––Caroline  dice  que  decididamente  ninguno  volverá  a  Hertfordshire
                este invierno. Te lo leeré: «Cuando mi hermano nos dejó ayer, se imaginaba
                que los asuntos que le llamaban a Londres podrían despacharse en tres o

                cuatro días; pero como sabemos que no será así y convencidas, al mismo
                tiempo,  de  que  cuando  Charles  va  a  la  capital  no  tiene  prisa  por  volver,

                hemos determinado irnos con él para que no tenga que pasarse las horas que
                le quedan libres en un hotel, sin ninguna comodidad. Muchas de nuestras

                relaciones están ya allí para pasar el invierno; me gustaría saber si usted,
                queridísima amiga, piensa hacer lo mismo; pero no lo creo posible. Deseo

                sinceramente  que  las  navidades  en  Hertfordshire  sean  pródigas  en  las
                alegrías propias de esas festividades, y que sus galanes sean tan numerosos
                que  les  impidan  sentir  la  pérdida  de  los  tres  caballeros  que  les

                arrebatamos.»
                     ––Por lo tanto, es evidente ––añadió Jane–– que el señor Bingley no va

                a volver este invierno.
                     ––Lo único que es evidente es que la señorita Bingley es la que dice que

                él no va a volver.
                     ––¿Por  qué  lo  crees  así?  Debe  de  ser  cosa  del  señor  Bingley:  No

                depende de nadie. Pero no lo sabes todo aún. Voy a leerte el pasaje que más
                me hiere. No quiero ocultarte nada. «El señor Darcy está impaciente por ver
                a su hermana, y la verdad es que nosotras no estamos menos deseosas de

                verla. Creo que Georgina Darcy no tiene igual por su belleza, elegancia y
                talento,  y  el  afecto  que  nos  inspira  a  Louisa  y  a  mí  aumenta  con  la
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