Page 158 - Orgullo y prejuicio
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haciendo una reverencia cada vez que la señorita de Bourgh dirigía la
mirada hacia donde él estaba.
Agotada la conversación, las señoras siguieron su camino, y los demás
entraron en la casa. Collins, en cuanto vio a las dos muchachas, las felicitó
por la suerte que habían tenido. Dicha suerte, según aclaró Charlotte, era
que estaban todos invitados a cenar en Rosings al día siguiente.