Page 185 - Orgullo y prejuicio
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La agitación y las lágrimas le dieron a Elizabeth un dolor de cabeza que
aumentó por la tarde, y sumada su dolencia a su deseo de no ver a Darcy,
decidió no acompañar a sus primos a Rosings, donde estaban invitados a
tomar el té. La señora Collins, al ver que estaba realmente indispuesta, no
insistió, e impidió en todo lo posible que su marido lo hiciera; pero Collins
no pudo ocultar su temor de que lady Catherine tomase a mal la ausencia de
Elizabeth.