Page 191 - Orgullo y prejuicio
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Dicho esto salió precipitadamente de la habitación, y Elizabeth le oyó
en seguida abrir la puerta de la entrada y salir de la casa.
La confusión de su mente le hacía sufrir intensamente. No podía
sostenerse de pie y tuvo que sentarse porque las piernas le flaqueaban.
Lloró durante media hora. Su asombro al recordar lo ocurrido crecía cada
vez más. Haber recibido una proposición de matrimonio de Darcy que había
estado enamorado de ella durante tantos meses, y tan enamorado que quería
casarse a pesar de todas las objeciones que le habían inducido a impedir que
su amigo se casara con Jane, y que debieron pasar con igual fuerza en su
propio caso, resultaba increíble. Le era grato haber inspirado un afecto tan
vehemente. Pero el orgullo, su abominable orgullo, su desvergonzada
confesión de lo que había hecho con Jane, su imperdonable descaro al
reconocerlo sin ni siquiera tratar de disculparse, y la insensibilidad con que
había hablado de Wickham a pesar de no haber negado su crueldad para con
él, no tardaron en prevalecer sobre la compasión que había sentido al pensar
en su amor.
Siguió inmersa en sus agitados pensamientos, hasta que el ruido del
carruaje de lady Catherine le hizo darse cuenta de que no estaba en
condiciones de encontrarse con Charlotte, y subió corriendo a su cuarto.