Page 231 - Orgullo y prejuicio
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era tan sumamente reprochable. Pero nunca había sentido como entonces
los males que puede causar a los hijos un matrimonio mal avenido, ni nunca
se había dado cuenta tan claramente de los peligros que entraña la dirección
errada del talento, talento que, bien empleado, aunque no hubiese basta-do
para aumentar la inteligencia de su mujer, habría podido, al menos,
conservar la respetabilidad de las hijas.
Si bien es cierto que Elizabeth se alegró de la ausencia de Wickham, no
puede decirse que le regocijara la partida del regimiento. Sus salidas eran
menos frecuentes que antes, y las constantes quejas de su madre y su
hermana por el aburrimiento en que habían caído entristecían la casa. Y
aunque Catherine llegase a recobrar el sentido común perdido al haberse
marchado los causantes de su perturbación, su otra hermana, de cuyo modo
de ser podían esperar todas las calamidades, estaba en peligro de afirmar su
locura y su descaro, pues hallándose al lado de una playa y un campamento,
su situación era doblemente amenazadora. En resumidas cuentas, veía ahora
lo que ya otras veces había comprobado, que un acontecimiento anhelado
con impaciencia no podía, al realizarse, traerle toda la satisfacción que era
de esperar. Era preciso, por lo tanto, abrir otro período para el comienzo de
su felicidad, señalar otra meta para la consecución de sus deseos y de sus
esperanzas, que alegrándola con otro placer anticipado, la consolase de lo
presente y la preparase para otro desengaño. Su viaje a los Lagos se
convirtió en el objeto de sus pensamientos más dichosos y constituyó su
mejor refugio en las desagradables horas que el descontento de su madre y
de Catherine hacían inevitables. Y si hubiese podido incluir a Jane en el
plan, todo habría sido perfecto.
––«Es una suerte ––pensaba–– tener algo que desear. Si todo fuese
completo, algo habría, sin falta, que me decepcionase. Pero ahora,
llevándome esa fuente de añoranza que será la ausencia de Jane, puedo
pensar razonablemente que todas mis expectativas de placer se verán
colmadas. Un proyecto que en todas sus partes promete dichas, nunca sale
bien; y no te puedes librar de algún contratiempo, si no tienes una pequeña
contrariedad.»