Page 247 - Orgullo y prejuicio
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Para confirmar lo dicho les refirió los detalles de todas las transacciones
pecuniarias que habían mediado entre ellos, sin mencionar cómo lo había
sabido, pero afirmando que era rigurosamente cierto.
A la señora Gardiner le sorprendió y sintió curiosidad por el tema, pero
como en aquel momento se acercaban al escenario de sus antiguos placeres,
cedió al encanto de sus recuerdos y ya no hizo más que señalar a su marido
todos los lugares interesantes y sus alrededores. A pesar de lo fatigada que
estaba por el paseo de la mañana, en cuanto cenaron salieron en busca de
antiguos conocidos, y la velada transcurrió con la satisfacción de las
relaciones reanudadas después de muchos años de interrupción.
Los acontecimientos de aquel día habían sido demasiado arrebatadores
para que Elizabeth pudiese prestar mucha atención a ninguno de aquellos
nuevos amigos, y no podía más que pensar con admiración en las
amabilidades de Darcy, y sobre todo en su deseo de que conociera a su
hermana.