Page 302 - Orgullo y prejuicio
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se apresuró y cogió una hoja de papel para escribir una breve carta a su tía
pidiéndole le aclarase lo que a Lydia se le había escapado, si era compatible
con el secreto del asunto.
«Ya comprenderás ––añadía–– que necesito saber por qué una persona
que no tiene nada que ver con nosotros y que propiamente hablando es un
extraño para nuestra familia, ha estado con vosotros en ese momento. Te
suplico que me contestes a vuelta de correo y me lo expliques, a no ser que
haya poderosas razones que impongan el secreto que Lydia dice, en cuyo
caso tendré que tratar de resignarme con la ignorancia.»
«Pero no lo haré», se dijo a sí misma al acabar la carta; «y querida tía, si
no me lo cuentas, me veré obligada a recurrir a tretas y estratagemas para
averiguarlo».
El delicado sentido del honor de Jane le impidió hablar a solas con
Elizabeth de lo que a Lydia se le había escapado. Elizabeth se alegró,
aunque de esta manera, si sus pesquisas daban resultado, no podría tener un
confidente.