Page 346 - Orgullo y prejuicio
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ansiando manifestarle mi gratitud. Si mi familia lo supiera, ellos también lo
habrían hecho.
––Siento muchísimo ––replicó Darcy en tono de sorpresa y emoción––
que haya sido usted informada de una cosa que, mal interpretada, podía
haberle causado alguna inquietud. No creí que la señora Gardiner fuese tan
poco reservada.
––No culpe a mi tía. La indiscreción de Lydia fue lo primero que me
descubrió su intervención en el asunto; y, como es natural, no descansé
hasta que supe todos los detalles. Déjeme que le agradezca una y mil veces,
en nombre de toda mi familia, el generoso interés que le llevó a tomarse
tanta molestia y a sufrir tantas mortificaciones para dar con el paradero de
los dos.
––Si quiere darme las gracias ––repuso Darcy––, hágalo sólo en su
nombre. No negaré que el deseo de tranquilizarla se sumó a las otras
razones que me impulsaron a hacer lo que hice; pero su familia no me debe
nada. Les tengo un gran respeto, pero no pensé más que en usted.
Elizabeth estaba tan confusa que no podía hablar. Después de una corta
pausa, su compañero añadió: ––Es usted demasiado generosa para burlarse
de mí. Si sus sentimientos son aún los mismos que en el pasado abril,
dígamelo de una vez. Mi cariño y mis deseos no han cambiado, pero con
una sola palabra suya no volveré a insistir más.
Elizabeth, sintiéndose más torpe y más angustiada que nunca ante la
situación de Darcy, hizo un esfuerzo para hablar en seguida, aunque no
rápidamente, le dio a entender que sus sentimientos habían experimentado
un cambio tan absoluto desde la época a la que él se refería, que ahora
recibía con placer y gratitud sus proposiciones. La dicha que esta
contestación proporcionó a Darcy fue la mayor de su existencia, y se
expresó con todo el calor y la ternura que pueden suponerse en un hombre
locamente enamorado. Si Elizabeth hubiese sido capaz de mirarle a los ojos,
habría visto cuán bien se reflejaba en ellos la delicia que inundaba su
corazón; pero podía escucharle, y los sentimientos que Darcy le confesaba y
que le demostraban la importancia que ella tenía para él, hacían su cariño
cada vez más valioso.