Page 110 - Fantasmas
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FANTASMAS
La Coca-Cola empezó a salirse de la botella mojando sus
pechos. No se dio cuenta.
Tenía que salir de allí, y sólo había un camino. Saltó ha-
cia delante, con torpeza primero —al cruzar la puerta se echó
demasiado a la derecha y se arañó el costado, aunque casi no lo
notó—, y pasó por encima de su padre, inconsciente en el sue-
lo. Desde ahí siguió, apretujándose entre el sofá y la mesa ba-
ja, en dirección a la puerta. Ella subió con cuidado los pies al
sofá para dejarlo pasar mientras susurraba en voz tan baja que
no habría sido audible ni para alguien sentado a su lado. Fran-
cis sin embargo escuchó cada palabra mientras sus antenas tem-
blaban con cada sílaba.
«Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio
poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. Y se les
mandó que no dañasen la hierba de la tierra, ni cosa verde al-
guna, nia ningún árbol...» Para entonces Francis ya estaba
en la puerta y se detuvo mientras seguía escuchando: «... sino
solamente a los hombres que no tuviesen el sello de dios en sus
frentes. Y les fue dado, no que los matasen, sino que los ator-
mentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de
escorpión cuando hiere al hombre. Y en aquellos días los hom-
bres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán mo-
rir, pero la muerte huirá de ellos».
Se estremeció, aunque no sabía muy bien por qué; aque-
llas palabras lo conmovían y le llenaban de gozo. Levantó las
patas delanteras para empujar la puerta y gateó hacia el calor
blanco y cegador del día.
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