Page 172 - Fantasmas
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FANTASMAS
Me quedo mirando su cara y, como dicen en los cómics
de aventuras, me estremezco de horror. Algo que se mueve cap-
ta mi atención: es una mosca que trepa por el labio superior del
hombre. Su cuerpo brilla como un lingote de metal engrasado.
Se detiene un instante en la comisura de la boca, pero después
sigue avanzando y desaparece, y el hombre sigue sin desper-
tarse.
Me pongo a aullar, no hay otra manera de describirlo. Me
doy la vuelta y regreso a la entrada del puente y grito hasta que-
darme ronco llamando a mi tía Mandy.
—;¡ Tía Mandy, vuelve! ¡Vuelve ahora mismo!
La veo aparecer al final del puente.
—¿Por qué gritas así?
— Tía Mandy, ¡vuelve aquí, por favor! —Me pongo a sor-
ber y entonces me doy cuenta de que tengo la barbilla bañada
en saliva.
Mi tía empieza a cruzar el puente en dirección a donde
estoy, con la cabeza inclinada como si caminara contra un fuer-
te viento.
—Tíenes que dejar de gritar ahora mismo. ¡Por favor, pa-
ra! ¿Por qué chillas?
Señalo al hombre.
—¡Él! ¡El!
Mi tía se detiene nada más haber entrado en el puente y
mira al pobre hombre tirado entre la basura. Lo observa du-
rante unos segundos y después dice:
—Abh, él. Venga, vamos. Seguro que no le pasa nada. No
te metas en sus asuntos y él no se meterá en los nuestros.
—N 0, tía Mandy. ¡Tenemos que irnos! Por favor, vuelve
aquí. ¡Por favor!
—No estoy dispuesta a tolerar esta tontería ni un minu-
to más. Ven aquí ahora mismo.
—No —grito—. ¡No pienso 1r!
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