Page 194 - Fantasmas
P. 194
ritó de todas maneras. Gritó y empujó la puerta con
todo su cuerpo, no porque confiara en que se abrie-
ra, sino porque pensaba que si golpeaba el marco alguien po-
dría oírle escaleras arriba. Sin embargo no chilló hasta quedar-
se ronco; unas cuantas veces le bastaron para convencerse de
que nadie iba a oírle.
Dejó, pues, de gritar y se dedicó a explorar su compar-
timento submarino, tratando de averiguar de dónde procedía
la luz. Había dos ventanas de pequeño tamaño, en realidad ren-
dijas acristaladas, cerca del techo, fuera de su alcance y por
las que se colaba una luz débil y verde como la hierba. Estaban
tapadas con rejillas oxidadas.
Finney estudió una de ellas durante largo rato, y después
corrió hacia la pared sin detenerse a pensar en lo débil y ex-
hausto que estaba. Apoyó un pie sobre la escayola y saltó. Lo-
gró asir la rejilla durante un instante, pero el entramado de ace-
ro estaba demasiado apretado como para meter los dedos, y
cayó sobre sus talones y después de espaldas, al suelo, tem-
blando violentamente. Sin embargo, había estado arriba el tiem-
po suficiente para ver a través del cristal oscurecido por la su-
ciedad. Era una doble ventana situada al nivel del suelo y casi
192