Page 155 - Microsoft Word - King, Stephen - IT _Eso_.DOC.doc
P. 155

oído lo suficiente para volverse hacia Richie. Era de suponer que el chico había
                querido hablar en voz baja. El problema era que Richie no tenía nada parecido a la
                voz baja.
                   --¿Qué has dicho, cabrón cuatro ojos? -inquirió Victor Criss.
                   --Nada -respondió Richie.
                   Esa negativa (junto con su cara, que parecía horrorizada y llena de miedo)
                podría haber acabado la cosa. Sólo que la boca de Richie era como un caballo
                inclinado a desbocarse sin motivo. Y esa boca agregó, súbitamente:
                   --Deberíais excavaros la cera de los oídos, chicos. ¿Queréis un poco de
                dinamita?
                   Lo miraron por un instante, incrédulos, y se lanzaron tras él. Bill el Tartaja ya
                había presenciado la desigual carrera desde su principio hasta su anunciada
                conclusión, desde su sitio, contra el muro del edificio. No tenía sentido inmiscuirse;
                aquellos tres grandullones se sentirían muy felices si podían atizar a dos chicos
                por el precio de uno.
                   Richie corrió en diagonal, cruzando el patio de los pequeños y se metió entre los
                columpios; sólo comprendió que era un callejón sin salida cuando chocó contra la
                cerca instalada entre el patio y el parque con que lindaban los terrenos de la
                escuela. Trató de subir por la cerca, todo dedos aferrantes y zapatillas en punta.
                Le faltaba una tercera parte para llegar arriba cuando Henry y Victor Criss lo
                bajaron a tirones: Henry, por la espalda de la chaqueta; Victor, por el fondillo de
                los vaqueros. Richie cayó de espaldas en el asfalto. Sus gafas volaron. Alargó la
                mano para cogerlas pero Belch Huggins las apartó de un puntapié. Por eso, ese
                verano, una de las patillas estaba remendada con cinta adhesiva.
                   Bill hizo una mueca dolorida y caminó hasta el frente del edificio. Había
                observado que la señora Moran, una de las maestras de cuarto grado, ya corría a
                separarlos, pero sabía que ellos darían su merecido a Richie antes de que ella
                llegara. Gallina, gallina, mirad al bebé llorón.
                   Bill sólo había tenido pequeños problemas con ellos. Se burlaban de su
                tartamudeo, por supuesto. De vez en cuando, con las pullas venía alguna
                crueldad. Un día de lluvia, cuando iban a almorzar en el gimnasio, Belch Huggins
                le había quitado la bolsa del almuerzo para aplastarla en el suelo con su bota,
                triturando el contenido.
                   --¡Oh, ca-ca-caramba! -se burló Belch, fingiendo horror-. ¡D-d-disculpa lo de tu
                alm-m-muerzo, c-c-carac-c-culo!
                   Y se fue tranquilamente por el pasillo, hacia Victor Criss, que estaba apoyado
                contra la fuente de agua, ante el lavabo de los chicos, riendo a mandíbula
                batiente. Pero eso no había sido tan grave. Bill consiguió que Eddie Kaspbrak le
                diera medio bocadillo de mermelada y mantequilla y Richie se declaró muy feliz de
                darle su huevo picante, la madre se lo ponía en la bolsa día por medio y, según
                decía Richie, le daba ganas de vomitar.
                   Pero había que mantenerse lejos de ellos, y si eso era imposible, había que
                tratar de volverse invisible.
                   Eddie se había olvidado de las reglas y lo habían hecho papilla.
                   No se sintió tan mal hasta que los gamberros se fueron arroyo abajo y cruzaron
                a la otra orilla, aunque ,la nariz le sangraba como una fuente. Cuando su pañuelo
                quedó completamente empapado, Bill le dio el suyo y le hizo poner una mano en
   150   151   152   153   154   155   156   157   158   159   160