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los de "p" y "b" los movía mucho. Tercero, cuando Richie decía que iba a hacer
                imitaciones con la voz, habitualmente no la proyectaba muy lejos. Casi todos sus
                amigos eran demasiado buenos (o se divertían demasiado con el encanto le
                Richie, a veces agotador) como para mencionarle esos pequeños fallos.
                   Mientras se prosternaba frenéticamente delante del sorprendido y azorado Ben
                Hanscom, Richie usó la voz que llamaba "del negro Jim".
                   --¡Pero vean, vean, si es Parva Clahoun! -vociferó-. ¡No se me caiga encima,
                señó Parva, señó! ¡Me va'ce puré, señó! Ciento cincuenta kilos de ca.ne que se
                mueve, un metro de teta a teta, Parva huele iguá que mie.da de pantera. Lo llevo
                donde quiera, señó, pero no se caiga encima, encima de este pobre negrito.
                   --No te preocupes -dijo Bill-. Ass-sí es Ri-richie. E-e-es chichi-flado.
                   Richie se levantó de un salto.
                   --Oí muy claramente eso, Denbrough. Si no me deja en paz, le arrojaré encima a
                Parva, aquí presente.
                   -La m-m-mejor p-p-parte de ti se esescurrió p-ppor las pi-piernas de t-t-tu padre.
                   --Cierto -dijo Richie-, pero mira cuánto material de primera quedó. ¿Cómo estás,
                Parva? Richie Tozier, Hacedor de Voces, a tu servicio.
                   Tendió la mano. Ben, aturdido, iba a estrechársela cuando Richie la retiró. Ben
                se quedó parpadeando. Por fin Richie le estrechó la mano.
                   --Me llamo Ben Hanscom, por si te interesa -dijo Ben.
                   --Te he visto en la escuela. -Richie señaló con un amplio ademán el estanque,
                cada vez más extenso-. Seguramente eso ha sido idea tuya. Estos inútiles no
                sabrían encender un petardo con un lanzallamas.
                   --Venga, Richie -dijo Eddie.
                   --Ah, ¿eso significa que la idea fue tuya, Eds? Caramba, disculpa. -Se arrojó a
                los pies de Eddie y comenzó otra vez con sus locas reverencias.
                   --¡Basta, levántate, que me estás salpicando de barro! - chilló Eddie.
                   Richie volvió a levantarse de un salto y le pellizcó la mejilla.
                   --¡Ay, qué niño bonito! -exclamó.
                   --¡Basta!
                   --Confiesa, Eds: ¿quién construyó el dique?
                   --B-B-Ben nos enseñó c-c-cómo se hacía -dijo Bill.
                   --Muy bien. -Richie giró en redondo y descubrió a Stanley Uris de pie tras él, con
                las manos en los bolsillos, observando la actuación de su compañero-. Te
                presento a Stan el Galán. Uris, Ben. Stan es judío. Él mató a Jesucristo. Al menos
                eso es lo que Victor Criss me dijo un día. Desde entonces le hago la pelota.
                Imagínate: si es tan viejo que ha de tener edad para comprarnos unas latas de
                cerveza. ¿No es cierto, Stan?
                   --Creo que ése debe haber sido mi padre -aclaró Stan, en voz baja y agradable.
                   Todos se deshicieron en risas, incluido Ben. Eddie rió hasta quedar jadeante y
                con lágrimas en los ojos.
                   --¡Uno bueno! -exclamó Richie, paseándose con los brazos sobre la cabeza,
                como los árbitros de fútbol para señalar que un tanto ha sido válido-. ¡Stan el
                Galán soltó uno bueno! ¡Vivimos un momento histórico! ¡Aleluya!
                   --Hola -dijo Stan a Ben, como si no prestara atención a Richie.
                   --Hola -respondió Ben-. En segundo curso estuvimos juntos. Tú eras el chico
                que...
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