Page 253 - Microsoft Word - King, Stephen - IT _Eso_.DOC.doc
P. 253
en la fotografía móvil. Sugirió, una vez más, que el payaso había asesinado a los
niños que en diciembre aparecieron muertos en Derry.
--Y t-t-tal vez no s-s-sólo a ellos -terminó-. ¿Q-q-qué me d-d-dices de todos los
que des-des-desaparecieron? ¿Y de Ed-ed-Eddie Corcoran?
--Lo asustó el padrastro, joder -dijo Richie.
-T-t-tal vez sí, p-p-pero tal vez n-no. Yo l-l-lo c-conocía un p-ppoquito; sé q-q-que
el padre le p-ppegaba. T-t-también sé q-q-que a veces pasaba la nonoche f-f-fuera
de su c-c-asa p-p-para huir de él.
--Y tú crees que el payaso pudo atraparlo mientras estaba fuera de su casa -dijo
Richie.
Bill asintió.
--Y entonces, ¿qué quieres? ¿Pedirle un autógrafo?
--S-s-si el p-payaso mató a los ototros, t-también m-m-mató a G-georgie. -Los
ojos de Bill se encontraron con los de Richie. Eran duros, inflexibles, implacables-.
Q-q-quiero m-matarlo.
--Por Dios -dijo Richie, asustado-. ¿Y cómo piensas hacerlo?
--Mi-mi p-p-papá tiene una pistola. Él no s-s-sabe que yo sé, p-p-pero la v-vi.
Está en el último estante de su r-r-ropero:
--Me parece muy bien, si es hombre -dijo Richie-, y siempre que lo encontremos
sentado sobre un montón de huesos de chicos.
--¡Tenéis el té servido, chicos! -anunció la madre de Richie alegremente-. ¡Venid!
--¡Enseguida vamos, mamá! -repitió Richie, ofreciéndole una amplia sonrisa que
desapareció en cuanto se volvió hacia Bill-. Yo no dispararía contra un tipo sólo
porque vistiera de payaso, Billy. Eres mi mejor amigo, pero yo no lo haría ni
dejaría que tú lo hicieras, Si pudiera impedírtelo.
--¿Y s-s-si hubiera u-u-un mo-montón de huesos?
Richie no dijo nada por un momento. Luego preguntó.
--¿Qué harás si no es un hombre, Billy? ¿Y si es una especie de monstruo? ¿Y
si existen esas cosas? Ben Hanscom dijo que era la momia y que los globos
flotaban contra el viento, y que no tenía sombra. La foto del álbum... no sé si lo
imaginamos o si era mágica. Pero no creo haberlo imaginado. Por lo menos, tus
dedos no imaginaron nada, ¿eh?
Bill sacudió la cabeza.
--Entonces, ¿qué vamos a hacer si no es un hombre, Billy?
--T-t-tendremos que im-imaginar otra c-c-cosa.
--Oh, sí -dijo Richie-. Disparas cuatro o cinco voces, y si continúa avanzando
hacia nosotros, como el hombre-lobo de la película que vi con Ben y Bev, puedes
probar con tu tirachinas. Y si el tirachinas no da resultado, yo le arrojaré polvo para
hacerlo estornudar. Y si con todo eso sigue avanzando, podemos pedir tiempo
muerto y decirle: Eh, espere un momento, señor monstruo. Esto no da resultado.
Voy a consultar en la biblioteca y vuelvo. ¿Es eso lo que vas a decir, Gran Bill?
Miró a su amigo, expectante. Una parte de él quería que Bill insistiera con su
idea de inspeccionar bajo el porche de aquella casa vieja, pero otra parte quería
(desesperadamente) que Bill abandonara la idea. De algún modo, aquello era
como haber entrado en alguna de las sesiones terroríficas del Aladdin, pero de
otro modo, de un modo crucial, no se parecía en nada a eso. Porque uno no se
sentía a salvo, como en el cine, donde uno sabía que todo terminaría bien y que,