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en la fotografía móvil. Sugirió, una vez más, que el payaso había asesinado a los
                niños que en diciembre aparecieron muertos en Derry.
                   --Y t-t-tal vez no s-s-sólo a ellos -terminó-. ¿Q-q-qué me d-d-dices de todos los
                que des-des-desaparecieron? ¿Y de Ed-ed-Eddie Corcoran?
                   --Lo asustó el padrastro, joder -dijo Richie.
                   -T-t-tal vez sí, p-p-pero tal vez n-no. Yo l-l-lo c-conocía un p-ppoquito; sé q-q-que
                el padre le p-ppegaba. T-t-también sé q-q-que a veces pasaba la nonoche f-f-fuera
                de su c-c-asa p-p-para huir de él.
                   --Y tú crees que el payaso pudo atraparlo mientras estaba fuera de su casa -dijo
                Richie.
                   Bill asintió.
                   --Y entonces, ¿qué quieres? ¿Pedirle un autógrafo?
                   --S-s-si el p-payaso mató a los ototros, t-también m-m-mató a G-georgie. -Los
                ojos de Bill se encontraron con los de Richie. Eran duros, inflexibles, implacables-.
                Q-q-quiero m-matarlo.
                   --Por Dios -dijo Richie, asustado-. ¿Y cómo piensas hacerlo?
                   --Mi-mi p-p-papá tiene una pistola. Él no s-s-sabe que yo sé, p-p-pero la v-vi.
                Está en el último estante de su r-r-ropero:
                   --Me parece muy bien, si es hombre -dijo Richie-, y siempre que lo encontremos
                sentado sobre un montón de huesos de chicos.
                   --¡Tenéis el té servido, chicos! -anunció la madre de Richie alegremente-. ¡Venid!
                   --¡Enseguida vamos, mamá! -repitió Richie, ofreciéndole una amplia sonrisa que
                desapareció en cuanto se volvió hacia Bill-. Yo no dispararía contra un tipo sólo
                porque vistiera de payaso, Billy. Eres mi mejor amigo, pero yo no lo haría ni
                dejaría que tú lo hicieras, Si pudiera impedírtelo.
                   --¿Y s-s-si hubiera u-u-un mo-montón de huesos?
                   Richie no dijo nada por un momento. Luego preguntó.
                   --¿Qué harás si no es un hombre, Billy? ¿Y si es una especie de monstruo? ¿Y
                si existen esas cosas? Ben Hanscom dijo que era la momia y que los globos
                flotaban contra el viento, y que no tenía sombra. La foto del álbum... no sé si lo
                imaginamos o si era mágica. Pero no creo haberlo imaginado. Por lo menos, tus
                dedos no imaginaron nada, ¿eh?
                   Bill sacudió la cabeza.
                   --Entonces, ¿qué vamos a hacer si no es un hombre, Billy?
                   --T-t-tendremos que im-imaginar otra c-c-cosa.
                   --Oh, sí -dijo Richie-. Disparas cuatro o cinco voces, y si continúa avanzando
                hacia nosotros, como el hombre-lobo de la película que vi con Ben y Bev, puedes
                probar con tu tirachinas. Y si el tirachinas no da resultado, yo le arrojaré polvo para
                hacerlo estornudar. Y si con todo eso sigue avanzando, podemos pedir tiempo
                muerto y decirle: Eh, espere un momento, señor monstruo. Esto no da resultado.
                Voy a consultar en la biblioteca y vuelvo. ¿Es eso lo que vas a decir, Gran Bill?
                   Miró a su amigo, expectante. Una parte de él quería que Bill insistiera con su
                idea de inspeccionar bajo el porche de aquella casa vieja, pero otra parte quería
                (desesperadamente) que Bill abandonara la idea. De algún modo, aquello era
                como haber entrado en alguna de las sesiones terroríficas del Aladdin, pero de
                otro modo, de un modo crucial, no se parecía en nada a eso. Porque uno no se
                sentía a salvo, como en el cine, donde uno sabía que todo terminaría bien y que,
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