Page 312 - Microsoft Word - King, Stephen - IT _Eso_.DOC.doc
P. 312
--Espabílate, Butch. Por los pollos no te van a encerrar, pero sí por la esvástica
que pintaste en la puerta después de matarlos.
Dice Dewey que Butch quedó boquiabierto y Sullivan se fue para que lo pensara.
Tres días después, Butch dijo a su hermano (el que murió congelado dos años
después, mientras cazaba borracho) que vendiera su nuevo Mercury, el que Butch
había comprado con la paga del ejército y del que tanto se pavoneaba. Así que
cobré mis doscientos dólares y Butch juró incendiar mi casa. Se lo dijo a todos sus
amigos. Así que una tarde lo alcancé. Él había comprado un viejo Ford, de antes
de la guerra, para reemplazar al Mercury, y yo tenía una furgoneta desvencijada.
Lo paré en Witcham street, junto a los patios de maniobra, y bajé con mi
Winchester.
--Si llega a haber un incendio en mi casa, te dejo seco -le dije.
--A mí no me hablas así, negro piojoso -chilló entre el enojo y el susto-. Un
mierda como tú no puede hablar así a un blanco.
Bueno, yo estaba harto de todo eso, Mikey. Y sabía que, si no lo asustaba en
ese momento para siempre, jamás me lo sacaría de encima. No había nadie por
ahí. Metí una mano en el Ford y lo agarré del pelo. Le puse el cañón del rifle bajo
el mentón y apoyé la culata contra la hebilla de mi cinturón. Y le dije: "La próxima
vez que me insultes verás chorrear tus sesos en el techo de este coche. Y lo digo
en serio, Butch: si hay un incendio en mi casa, te mataré y quizá también a tu
mujer, a tu mocoso y a ese inútil de hermano que tienes."
Entonces se echó a llorar. Nunca había visto algo tan patético.
--Qué mal están las cosas -decía-, para que un mier... un neg... un tipo pueda
amenazar a un trabajador honrado, a plena luz del día, al lado de la carretera.
--Sí, las cosas están muy mal -reconocí-, pero eso no me importa. Lo único que
me importa es saber si quedamos de acuerdo o si quieres aprender a respirar por
la nuca.
Dijo que quedábamos de acuerdo. Y nunca más volví a tener problemas con
Butch Bowers. Salvo, tal vez, cuando murió tu perro, Mr. Chips. Y no tengo
pruebas de que Bowers haya metido la mano en eso. A lo mejor Chippy comió un
cebo envenenado o algo así.
Desde ese día nos han dejado bastante tranquilos. Cuando pienso en todo lo
que viví, no me arrepiento. Aquí hemos vivido bien. Si a veces sueño con el
incendio, bueno, nadie puede vivir una vida natural sin tener pesadillas de vez en
cuando."
28 de febrero de 1985.
Hace varios días que me senté a escribir la historia del incendio del Black Spot,
tal como me la contó mi padre, y todavía no he llegado a ella. Creo que es en El
señor de los anillos donde uno de los personajes dice: "Los caminos llevan a otros
caminos", que no se puede iniciar camino más fantástico que el que parte del
propio umbral y lleva a la acera, pues desde ahí se puede ir... bueno, a cualquier
parte. Lo mismo ocurre con los relatos. Uno lleva al siguiente, y a otro, y a otro; tal
vez van en la dirección que uno deseaba, pero tal vez no. Quizá, a fin de cuentas,
lo que importa es la voz que narra y no la narración en sí.