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Al levantarse, sus ojos fueron a la marquesina del Centro Municipal, una vez
más. Y de inmediato sus piernas flaquearon. Tuvo que sentarse otra vez.
Richie Tozier, el hombre de las mil voces Vuelve a Derry, la tierra de las mil
danzas.
En honor de bocazas,
El Centro Municipal presenta con orgullo
El rock-show de Richie Tozier "todos muertos"
Buddy Holly Richie Valens
The Bing Bopper,
Frankie Lymon Gene Vincent
Marvin Gaye
Grupo
Jimi Hendrix (primera guitarra)
John Lennon (guitarra rítmica)
Phil Linott (guitarra bajo)
Keith Moon (batería)
Vocalista especialmente invitado: Jim Morrison.
¡Bienvenido a casa, Richie!
¡Tú también estas muerto!
Sintió como si le hubiesen quitado el aliento de un golpe... Y entonces oyó otra
vez ese sonido, ese sonido que era casi una presión en la piel y los tímpanos, ese
susurro homicida: "suuuiiippp". Rodó del banco a la grava, pensando: "Conque así
es la sensación de cosa ya vivida; ahora ya lo sabes, no tendrás que preguntarlo
nunca más..."
Cayó sobre el hombro y rodó, levantando la vista hacia Paul Bunyan. Sólo que
ya no era Paul Bunyan. Allí estaba, en cambio, el payaso, resplandeciente,
fantástico y de plástico, seis metros de colores brillantes. Los pompones naranja,
grandes como balones de baloncesto, corrían por la pechera de su traje plateado,
fundidos en plástico. En vez de hacha, sostenía un enorme manojo de globos de
plástico, en los que se leían dos inscripciones: "Para mi todo sigue siendo rock
and roll y rock-show de Richie Tozier "todos muertos"".
Se arrastró hacia atrás, con las palmas y los talones. La grava le entró por el
fondillo de los pantalones. Sintió que se desgarraba una manga de su costosa
chaqueta deportiva. Rodó sobre sí mismo, se puso de pie, tambaleante, y miró
atrás. El payaso lo miraba. Sus ojos rodaban en las cuencas, húmedos.
--¿Lo he asustado, amigo? -tronó.
Y Richie oyó que su boca decía, sin relación alguna con su cerebro petrificado:
--Las emociones baratas, en el asiento trasero de mi coche, Bozo, eso es todo.
El payaso sonrió, asintiendo, como si no esperase otra cosa. Sus labios rojos se
abrieron para mostrar unos dientes como colmillos, cada uno de los cuales
terminaba en una punta de navaja.
--Podría cogerte ahora si quisiera -dijo-. Pero esto va a ser muy divertido.
--Para mí también -dijo la boca de Richie-. Y lo más divertido será cuando
vayamos a arrancarte la cabeza, capullo.