Page 455 - Microsoft Word - King, Stephen - IT _Eso_.DOC.doc
P. 455
tenía nombre; era viejo sus costados desmigajados estaban llenos de hierbas y
matojos. Allí aún había municiones de sobra, más que suficientes para una
apocalíptica batalla a pedradas.
Pero antes de eso, en la ribera del Kenduskeag, él no había sabido qué decir.
¿Qué pretendían que dijera? ¿Qué quería decir él? Recuerda haber mirado todas
las caras, una a una: la de Ben, la de Bev, la de Eddie, la de Stan, la de Richie. Y
recuerda música. Little Richard. "Juomp-bomp-a-lompbomp..."
Música a bajo volumen. Y dardos de luz en sus ojos. Recuerda los dardos de luz
porque...
2.
Richie había colgado su radio de transistores en la rama más baja del árbol
contra el cual estaba recostado. Aunque se habían puesto a la sombra, el sol
rebotaba en la superficie del Kenduskeag, caía en el cromado de la radio y, desde
allí, en los ojos de Bill.
--S-s-saca eso, R-R-Richie --dijo Bill, Me v-v-va a dejar ci-ciego.
--Sí, Gran Bill -repuso Richie, sin ninguna salida graciosa.
Y bajó la radio de la rama. Además, la apagó, y Bill lamentó que lo hubiera
hecho. El silencio, roto sólo por el agua ondulante y el vago zumbido de úa
maquina que bombeaba aguas residuales, parecía muy estridente. Todos los ojos
lo observaban. Él quiso decirles que miraran a otra parte. ¿Por quién lo tomaban?
¿Por un bicho raro?
Pero no pudo decir eso, por supuesto, porque ellos no hacían sino esperar a que
él les dijese qué hacer. Habían descubierto algo espantoso y necesitaban que él
les dijese cómo actuar. ¿"Por qué yo"?, habría querido gritarles. Pero no lo hizo
porque también sabía eso. Era porque, le gustara o no, había sido designado para
ese puesto. Porque era el de las ideas, porque había perdido un hermano, por
culpa de "Eso", fuera lo que fuese. Pero, por sobre todas las cosas, porque se,
había convertido, de un modo oscuro que jamás comprendería por completo, en el
Gran Bill.
Echó una mirada a Beverly y apartó rápidamente la vista de la serena confianza
que encontró en sus ojos. Cuando miraba a Beverly sentía algo raro en la boca del
estómago. Algo como polillas.
--No p-p-podemos ir a la policía -dijo, por fin. Su voz sonó, demasiado áspera a
sus propios oídos; demasiado alta-. Tampoco podemos recurrir a nuestros p-p-pa-
padres. A menos que... -Miró a Richie con aire esperanzado-. ¿Q-q-qué me di-
dices de tu madre y tu padre, cuatro-ojos? P-p-parecen bastante pa-pasables.
--Mi buen amigo -dijo Richie, con la voz de Toodles, el mayordomo-, es evidente
que no posee conocimiento alguno sobre mis progenitores. Ellos...
--Habla como la gente, Richie -dijo Eddie desde su sitio, junto a Ben.
Estaba sentado junto a Ben por una simple razón: ese chico le hacía sombra. Su
rostro lucía pequeño, enjuto y preocupado como el de un anciano. Tenía el
inhalador en la mano derecha.
--Dirían que estoy para chaleco de fuerza -dijo Richie.