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Deslizó una tabla en el agujero que Mike había cavado y la sostuvo allí. La radio
de Richie estaba colgada por la correa en su sitio de costumbre, en la rama
gruesa de un arbusto cercano.
--Tiene las pilas gastadas -dijo Richie-. Di mis últimos veinticinco centavos para
las bisagras, ¿recuerdas? Qué cruel, Ben, qué cruel. Después de todo lo que he
hecho por ti. Además, desde aquí sólo capto la WABI, que pasa rock de maricas.
--¿Qué? -se extrañó Mike.
--Ben cree que Tommy Sands y Pat Boone cantan rock and roll, pero eso es
porque está loco. Rock es el que canta Elvis, o el de Erme K, Doe, o el de Carl
Perkins, Bobby Darin, Buddy Holly. "Ahoh Peggy... my Peggy. Su-uh-oh...
-Por favor, Richie -dijo Ben.
--Y también -dijo Mike, reclinándose sobre la pala- Fats Domino, Chuck Berry,
Little Richard, Shep y los Limelights, LaVerne Baker, Frankie Lymon y los
Teenagers, Hank Ballard y los Midnighters, los Coasters, Isley Brothers, los Crest,
los Chords, Stick McGhee...
Lo estaban mirando tan sorprendidos que Mike se echó a reír.
--Después de Little Richard perdí el rastro -dijo Richie.
Little Richard le gustaba, pero su héroe secreto, ese verano era Jerry Lee Lewis.
Por casualidad, su madre había entrado en la sala mientras actuaba Jerry Lee en
"Bandas de América". Fue en el momento en que Jerry Lee trepaba al piano y lo
tocaba con los pies, con el pelo colgándole sobre la cara. Cantaba "High School
Confidential". Por un momento Richie creyó que su madre se desmayaría. No fue
así, pero quedó tan afectada por el espectáculo que esa noche, durante la cena,
habló de enviar a Richie a uno de esos campamentos de estilo militar por el resto
del verano. ahora Richie sacudía su pelo sobre los ojos y comenzaba a cantar:
"Come on baby all the cats are at the high school...
Ben empezó a tambalearse en el fondo del agujero, sujetándose la barriga como
si tuviese ganas de vomitar. Mike se apretó la nariz, pero reía tanto que los ojos se
llenaron de lágrimas.
--¿Qué pasa? -preguntó Richie-. ¿Y a vosotros qué os duele? ¡Fue estupendo!
¡Lo digo muy en serio!
--Oh Dios -dijo Mike. Reía tanto que apenas podía hablar-. Eso no tenía precio.
De veras. Impagable.
--Los negros no saben apreciar lo bueno -dijo Richie-. Creo que hasta la Biblia lo
dice.
--Vete al cuerno -dijo Mike, riendo.
Cuando Richie le preguntó qué quería decir con eso, Mike se sentó en el suelo
con un golpe seco y se meció atrás y adelante, aullando de risa y sujetándose el
estómago.
--A lo mejor piensas que estoy envidioso -dijo Richie-. A lo mejor piensas que me
gustaría ser negro.
Entonces también Ben cayó al suelo, riendo como un loco.
--Basta, Richie -balbuceó-. Me voy a cagar en los pantalones. Si no paras, me
vas a ma... matar.
--Pero no quiero ser negro -dijo Richie-. ¿A quién le gusta ponerse pantalones
rosa, vivir en Boston y comprar "pizza" en porciones? Yo quiero ser judío, como
Stan. Quiero tener una casa de empeños para vender navajas y guitarras usadas.