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--Fue cuatro, o cinco días después de que Mike llevara el álbum de su padre a
Los Barrens. Un día de mediados de julio, creo. La casita ya estaba terminada.
Pero... lo de la chimenea fue idea tuya, Ben. La sacaste de un libro.
Ben asiente, sonriendo.
Richie piensa: "Ese día estaba muy nublado. No había brisa. Truenos en el aire.
Como aquel día, un mes después, en que formamos un circulo, de pie en el arroyo
y Stan nos cortó la mano con un trozo de botella. El aire estaba inmóvil, como si
esperase que ocurriera algo. Más tarde, Bill dijo que por eso aquello se había
puesto insoportable: porque no había brisa.
"El 17 de julio. Sí, ése fue el día del pozo de humo. El 17 de julio de 1958. Casi
un mes después de que terminaron las clases y se formó el núcleo de los
Perdedores (Bill, Eddie y Ben) allá en Los Barrens. Dejadme ver el parte
meteorológico de aquel día de hace casi veintisitete años -pensó Richie-, y os diré
lo que decía antes de leerlo: Richie Tozier, alias el Gran Mentalista. Cálido,
húmedo, probabilidad de tormenta. Y cuidado con las visiones que pueden
sorprenderos mientras estáis en el agujero del humo."
Aquello ocurrió dos días después de ser descubierto el cadáver de Jimmy
Cullum, un día después de que el señor Nell volviera a Los Barrens y se sentara
directamente sobre la casita sin saber de su existencia, porque por entonces le
habían puesto la trampilla y el mismo Ben había dirigido minuciosamente la
aplicación del pegamento y la hierba. A menos que uno se pusiera en cuatro patas
y gateara por ahí, no tenía la menor idea de que hubiese algo. Como la represa, la
casita de Ben había sido un éxito rotundo, pero el señor Nell no tenía noticias de
ella.
Los interrogó con cautela, anotando las respuestas en su libretita negra, pero
ellos tenían poco que decirle, al menos con respecto a Jimmy Cullum. Y el señor
Nell se fue otra vez, tras recordarles, una vez más, que no debían jugar solos en
Los Barrens... jamás. Richie supone que el señor Nell les habría ordenado salir de
allí si algún policía hubiese creído que Jimmy Cullum (o cualquiera de los otros)
había muerto en Los Barrens. Pero la policía estaba bien informada: debido al
sistema de cloacas y desagües, ése era el sitio al que los restos iban a parar.
El señor Nell había aparecido el día 16, sí un día también caluroso y húmedo,
pero soleado. El 17, el cielo estuvo cubierto.
--¿Nos cuentas o no Richie? -pregunta Bev. Sonríe un poco, los ojos
encendidos.
--No sé por dónde empezar -dice Richie.
Se quita las gafas, las limpia con la camisa y, de sabe por dónde. Por el
momento en que la tierra se abrió ante sus pies y los de Bill . Ellos sabían dónde
estaba la casita, por supuesto, pero aun así lo asustó el ver que la tierra se abría
súbitamente en una ranura de oscuridad.
Recuerda que Bill lo llevó en "Silver" hasta el sitio acostumbrado de Kansas
Street y escondió su bicicleta bajo el puentecito. Recuerda que los dos caminaron
por el sendero hacía el claro; a veces tenían que apartarse porque la maleza era
muy densa. Era pleno verano y Los Barrens estaban en el apogeo de su fertilidad.
Recuerda haber dado manotazos a los mosquitos que zumbaban cerca de sus
oídos. Hasta recuerda que Bill dijo (oh, qué claramente lo recuerda ahora, no
como si hubiese ocurrido ayer, sino como si estuviese diciendo ahora mismo):