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--Fuera de todo. Y cuando bajó... hizo el agujero más grande que podéis
                imaginar. Convirtió esta gran colina en una rosquilla, más o menos. Aterrizó justo
                donde está ahora el centro de Derry.
                   Beverly dejó caer el cigarrillo a medio fumar y lo aplastó bajo un zapato. Mike
                dijo:
                   --Siempre ha estado aquí, desde el principio, del tiempo... desde antes de que
                hubiese hombres en "cualquier parte", a menos que hubiese unos pocos en Africa,
                viviendo en cuevas. El cráter ya no existe; probablemente la edad de hielo
                profundizó este valle, cambió algunas cosas- y rellenó el cráter. Pero "Eso" estaba
                aquí, tal vez dormido, esperando a que se derritiera el hielo, a que llegara la gente.
                   --Por eso usa las cloacas y los desagües -señaló Richie-. Para él han de ser
                como carreteras.
                   --¿Y no visteis cómo era? -preguntó Stan Uris con voz ronca.
                   Ellos menearon la cabeza.
                   --¿Podemos derrotarlo? -preguntó Eddie, en medio del silencio-. ¿Se puede
                derrotar a algo como "Eso"?
                   Nadie respondió.



                   XVI. La fractura de Eddie.

                   1.


                   Cuando Richie termina, todos asienten con la cabeza. Y Eddie asiente como los
                demás, recordando con los demás. En ese momento, el dolor le corre súbitamente
                por el brazo izquierdo. ¿Corre? no: lo desgarra. Es como si alguien intentase afilar
                un serrucho mellado en ese hueso. Hace una mueca y busca en el bolsillo de su
                chaqueta; después de seleccionar al tacto entre varios frasquitos, saca el
                Excedrin. Traga dos tabletas con un sorbo de ginebra y zumo de ciruelas. El brazo
                le ha molestado a ratos durante todo el día. Al principio no le prestó atención
                pensando que eran los pinchazos de bursitis que le atacan cuando el tiempo está
                húmedo. Pero a mitad del relato de Richie un recuerdo nuevo cae en su sitio y
                comprende de dónde sale el dolor.
                   "Ya no vamos por la senda del recuerdo -piensa-. Esto se está convirtiendo,
                cada vez más, en la autopista de Long Island."
                   Cinco años atrás, durante una revisión médica (Eddie se somete a una revisión
                médica cada seis semanas), el doctor le dijo sin darle importancia:
                   --Aquí tienes una vieja fractura. Ed. ¿Te caíste de algún árbol cuando eras niño?
                   --Algo así -reconoció Eddie, sin molestarse en aclarar al doctor Robbins que su
                madre habría sufrido un infarto si se hubiera enterado de que su Eddie trepaba a
                los árboles.
                   En realidad, no podía recordar cómo se había roto el brazo. No parecía
                importarle (aunque ahora se le ocurre que esa misma falta de interés era extraña
                en sí; después de todo, él es de los que dan importancia a cualquier estornudo, al
                menor cambio en el color de sus deposiciones). Pero era una fractura vieja, algo
                ocurrido hacía mucho tiempo en una niñez que apenas podía o quería recordar. Le
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