Page 88 - El retrato de Dorian Gray (Edición sin censura)
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que acababa de hacerle aquella extraña confesión. Se preguntó si él alguna
vez había estado tan subyugado por la personalidad de un amigo. Lord Harry
poseía el atractivo de ser muy peligroso. Pero eso era todo. Era demasiado
inteligente y demasiado cínico como para quererlo de verdad. ¿Habría alguien
alguna vez que lo llenara de una extraña idolatría? ¿Sería aquélla una de las
cosas que la vida guardaba para él?
—Me resulta extraordinario, Dorian —dijo Hallward—, que hayas visto
eso en el cuadro. ¿Lo viste de verdad?
—Por supuesto que sí.
—¿Te importaría que lo viera ahora?
Dorian movió la cabeza.
—No debes pedirme eso, Basil. No podría dejarte estar delante de ese
cuadro.
—Lo harás algún día, ¿verdad?
—Nunca.
—Bueno, quizá tengas razón. Y, ahora, adiós, Dorian. Eres la única
persona a la que de verdad he querido en mi vida. No creo que vuelva a verte
a menudo. No sabes lo que me cuesta decirte todo lo que te he dicho.
—Mi querido Basil —exclamó Dorian—, ¿qué me has dicho?
Simplemente, que sentiste que yo te gustaba demasiado. Eso no es ni siquiera
un cumplido.
—No pretendía ser un cumplido. Era una confesión.
—Una confesión decepcionante.
—Bueno, Dorian, ¿qué esperabas? ¿Has visto algo más en el cuadro?
¿Había algo más que ver?
—No; no había nada más. ¿Por qué lo preguntas? Pero no debes decir que
no volveremos a vernos ni nada parecido. Tú y yo somos amigos, Basil, y
debemos seguir siendo amigos siempre.
—Tienes a Harry —dijo Hallward con tristeza.
—¡Oh, Harry! —exclamó el muchacho rompiendo a reír—. Harry se pasa
los días diciendo lo increíble y las noches haciendo lo improbable. Justo la
clase de vida que me gustaría llevar. Pero, aun así, no creo que acudiera a
Harry si estuviera en dificultades. Antes te buscaría a ti, Basil.
—Pero no quieres volver a posar para mí.
—¡Imposible!
—Arruinas mi vida de artista al negarte, Dorian. Nadie encuentra dos
ideales. Muy pocos encuentran ni siquiera uno.
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