Page 133 - El Terror de 1824
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EL TERROR DE 1824 129
A Segura llevan preso. Yo tengo ideas, sí,
ideas firmes, pero tengo hijos. Es posible, es
casi seguro que otros, que también tienen mis
ideas, las hagan triunfar; pero mis hijos por
nadie serán cuidados si se quedan sin padre. /
Atrás las doctrinas por atura, y adelante los
muchachos. Ahora silencio, paz, retraimiento
absoluto... cabeza baja y pico cerrado... pero
jayl alma mía, allá recogida en tí misma y sin
que te oigan los oídos de la propia carne en que
estás encerrada, no ceses de gritar: «¡Viva,
viva, y mil veces viva la señora Libertad!»
Los muchos amigos del ex-jefe de milicia-
nos le felicitaban cordialmente, y sus parro-
quianos, así como sus compañeros efe comer-*
ció, recibieron gran contento al verle. Como
era tan generoso, y tenía un natural por
demás expansivo, antojósele, ocho días des-
pués del de su vuelta, obsequiar á los amigos
con un modesto banquete dedicado á grabar
en la memoria de todos el fausto evento de su
liberación; pero Doña Robustiana, cuyo sen-
tido práctico igualaba al peso de su cuerpo, le
quitó de la cabeza la idea de aquel dispendioso
alarde, arguyéndole así:
—Desgraciadamente no estamos para fies-
tas. Acuérdate del dinero que has gastado en
congraciarte con esos pillos; que tiempo hay
fde dar banquetes. Mañana domingo, 28 de
Agosto, haremos para la cena un extraordi-
nario de poca monta, y convidaremos á Romo,
al Sr. dePipaón, que también nos ha servido,
y á Sola. Total: tres convidados. Basta, hom-
bre, basta. Tiempo hay de echar la casa por
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