Page 151 - El Terror de 1824
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EL  TERROR  DE  1824
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      —  Ya  no  me  voy  para  Inglaterra, — murmu-
      ró Sola  con  una  seriedad  sepulcral  qu^  descon-
         certó más  á  Sarmiento.
      ■ — Pues  entonces...  eso  que  me  has  dicho  me
    causa  muchfsima  alegría,  hija  de  mi  corazón.
    -¿Con  que  no  te  vas?  ¡Qué  sabrosas  nuevas  has
    traído  esta  noche  á  tu  viejecitol  Dame  un
    abrazo,
      Al  caor  en  los  brazos  del  vagabundo,  y  cuan-
       do éste  la  estrechaba  con  amante  ardor  en  ellos,
    Sola  gimió  dolorosamente  y  se  echó  á  llorar.
      — |Ay!  abuelo...  jqué  desgraciada  es  tu  ni-
         ña!...— exclamó. — Más  le  valdría  no  haber
    nacido.

                     XIV

      En  la  planta  baja  del  edificio  que  se  llamó
    primero  Cárcel  de  Corte,  después  Sala  de  Al-
           caldes, más  tarde  Audiencia,  y  que  ahora  va
    en  camino  de  llamarse,  según  parece,  Minis-
         terio de  Ultramar,  estaba  situada  la  Superin-
             tendencia general  de  Policía.  La  cárcel  ocupaba
    el  inmundo  edificio,  que  ya  no  existe,  en  la  man-
         zana inmediata,  hacia  la  Concepción  Jeróni-
    ma,  y  que  fué  casa  y  hospedería  de  los  Padres
    del  Salvador.  Desde  uno  á  otro  caserón  la  dis-
          tancia era  insignificante,  como  la  que  existe
    ^ntre  la  agonía  y  la  muerte,  y  á  falta  de  un
    puente  de  los  Suspiros,  existía  el  callejón  del
                     tránsito  para  los  que  del
    Tribunal  pasaban  á  los  calabozos  ó  de  los  ca-
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