Page 171 - El Terror de 1824
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EL TERROR DE 1824 167
hombre entre soldado y alguacil, de indefini-
ble jerarquía, roas de indudable fealdad, ei
cual, abriendo la mampara, dijo:
— Vuecencia me dispense; pero la señora
que vino esta mañana está ahí, y quiere pasare
— Que espere... ¡Por vida del...!
— Está furiosa, —observó con timidez el que
parecía soldado, alguacil, polizonte, sin ser
claramente ninguna de estas tres cosas.
Claperón dudaba. Iba á decir algo, cuando
una señora empujó resueltamente la mampara
y entró.
XVI
Era una mujer hermosísima, tan arrogante
y airosa de rostro y figura, como elegante en
su vestir y tocado, de modo que Naturaleza y
Arte se juntaban para formar un acabado tipo
de mujer á la moda. La mirada que echó á
Chapetón y á su legista, semejante á una li-
mosna dada más bien por compromiso que por
voluntad, indicaba que la modestia no era
virtud principal en la señora. Pero su gallarda
altanería ¡cuán grato es decirlo! venía como
de molde enfrente de aquellos despreciables
hombres tan duros con los desgraciados.
—Ni para ver al Rey se necesitan más re-
quisitos— dijo la dama sentándose en la silla
que Chaperón le ofreció, sonriendo. — Vi á
Calomarde esta mañana y me mandó venir