Page 201 - El Terror de 1824
P. 201
EL TERROR DE 1824 197
•que yo vea satisfecho mi deseo. Estoy segura
de no quedar descontenta.
— En estos tiempos, señora, ¿quién es el
:guapo que puede dar una seguridad? ¿No ve
usted que todo está sujeto al capricho?
Jenara, vagamente distraída, contemplaba
el cefalópodo formado por la humedad sobre
el retrato del Monarca. De repente sonaron
golpes en la puerta, y una voz gritó:
— El señor Presidente.
— Con perdón de usted, señora— dijo levan-
tándose.—Ya está ahí ese Judas Iscariote.
Tengo que ir al despacho.
El licenciado salió un momento como para
-curiosear, y al poco rato volvió corriendo con
su pasito menudo y vacilante.
— Señora — dijo á su amiga en tono de alar-
ma.—Con Chaperón ha entrado el Sr. Ga-
rrote, su digno esposo de usted.
—¡Jesús, María y José! — exclamó la dama
llena de turbación.— Me voy, me voy... Señor
Lobo, ¿por dónde salgo de modo que no en-
cuentre...?
—Por aquí, por aquí... — manifestó el curial
¡guiándola fuera de la pieza por obscuros pasi-
llos, donde había alcarrazas, muebles viejos y
esteras sin uso... — No es muy bueno el tránsito;
pero saldrá usted á la calle de los Autores sin
tropezar con bestias cornúpetas grandes ni
^chicas.
— Ya, ya veo la salida... Adiós: gracias, se-
üor Lobo. Vaya usted luego por mi casa, — dijo
la señora recogiéndose la falda para andar más
ligera.