Page 219 - El Terror de 1824
P. 219
EL TtíRROR DE 1821
215
claraciones de Rafael Seudoquis, el cua!, si al
principio se mostró reservado, después, por la
virtud de un hábil interrogatorio capcioso,
echó gran luz sobre el suceso de las cartas, de-
jando ver la inculpabilidad absoluta del tende-
ro de encajes y de su hija.
La declaración de Soledad, la de Seudoquis,
la opinión de todos los individuos de la Comí-
sió i militar, las gestiones de! habilidoso Bra-
gas y su propia conciencia (guiada esta vez
por el mísero corpúsculo que crecía en el fon-
do de ella), decidieron á D. Francisco á firmar
la orden de excarcelación, novedad inaudita
en aquellas diabólicas regiones, cuya semejan-
za con el Infierno se completaba por la impo-
sibilidad de que salieran los que entraban.
Pero aquí comenzaron las tribulaciones del
funcionario absolutista (y no es forzoso po-
nernos de su parte), porque el mismo día er,
que dictara la excarcelación recibió tales ve-
jaciones y desaires de sus amigos los volunta-
rios realistas, que estuvo á punto de reventar
de cólera, aunque la desahogaba con votos y
ternos, asociando la vida del Santísimo Sacra-
mento á todas las picardías habidas y por ha-
ber. Al ir por la mañana al Tribunal para oir
misa, vió un pasquín infamante en la esquina
de la parroquia de San Nicolás, en el cual do-
cumento se hablaba de las onzas de oro que
percibía el brigadier traga muertos por cada
preso que soltaba. Recibió diversos anónimos
amenazándole con descubrir sus artimañas,
y supo que en el cuerpo de guardia habían
pintado los voluntarios su simpática imagen